Mis demonios

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Mis demonios entonan cánticos al anochecer y armonizan mis miedos al amanecer; no se detienen, gritan, gritan y gritan, elevando sus notas mucho más allá de mi cordura, sumergiéndome en la explosión de locura luego del colapso, y creerías que eso duele y es malo; pero no, no es así, en realidad no es así. Mis demonios me incitan a desafiar los niveles que desconozco y explorar el potencial infinito que existe cuando se deja de temer; cuando se deja de sufrir, pues el cambio es radical cuando dejas de ser el protagonista mojigato y pasas a ser el antagonista nato que es amado. Cuando dejas que los demonios salgan te sumerges en el pecado de la libertad sin condiciones y dejas de ver las ambiciones como avaricia, y empiezas a verlas como sueños. Cuando finalmente salen dejas de rogar por silencio y comienzas a danzar con el tormento y llevas el dulce néctar de la paz al extremo total; es poesía sideral. Cuando encuentran su libertad, ya no existe tal presión y se desvanece la tensión sobre el centro que lidera tu templo de pasión.
Sí, estos son mis demonios y están aquí para condenarme; con tal fuego renaciente y un puñado de agallas que arden a fuego lento en el mar de mis entrañas. ¿Dime a quién engañas? La Paz es absoluta sólo cuando se disfruta.
Así que ten cuidado, no te acerques demasiado, pues podrás ver esa calor en mis tinieblas; esas que soy, y a todos mis demonios prestando devoción; por un poco de existencia, por un poco de sol; tal vez algo de amor o sólo compasión; con pasión, con la pasión que me hace mío. - G.L

L

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El diario de un LOCO con delirios de POETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora