He estado pensando en versos y en ocasiones con ellos converso, me hablan de un lugar en donde los sueños se hacen realidad, donde el dolor es un mito y el sufrimiento un misterio, donde la infelicidad es opcional y en donde nadie tiene motivos para...
Aquel, aquel niño, tenía muchas preguntas; sin embargo no se atrevía a hacer ninguna, ya que temía no hacerlo bien una vez más. Su lengua resbalaba de su paladar sin poder expresar lo que tenía por contar, es una tortura cuando es imposible avasallar una parte de ti, cuando hay tanto que ver y nada por decir. Unos brazos rodearon su cuello, inmediatamente una sensación entrañable recorrió aquel pequeño ser que estaba aprendiendo a sentir, cerró sus ojos para reconfortarse en el formidable momento, para luego levantar su mirada y encontrarla a ella; su arrebol, confirmando su teoría de ser un ser mágico, ya que siempre llegaba cuando no había nada, a hacerlo sentir todo. Su mirada estaba tan llena de vida, y se evidenciaba cuando el sol resplandecía sobre ella, era tan sublime; ella no resplandecía con el sol, el sol resplandecía con ella, trascendía sintiéndose tan afín, dos almas afines atrapadas en un momento frente a un omnisciente mundo. El miedo perenne se desvanecía ante tan espléndido paisaje, siempre que arrullara mi corazón junto al suyo la apatía dejaba de existir. Ella siempre estaba aquí, no a simple vista, no la podía percibir; pero la percepción queda en segundo plano cuando son temas del alma, esa energía que te llena y te da la confianza de poder con lo que sea, es lo que era ella; lo que era mi arrebol. Tenemos ese lazo, que nos ata y conecta, el uno al otro, somos dos, somos uno; somos juntos, ella y yo, cuando el día pinte o la noche se destiña, porque ya no me asusta cuando el día se apague para mi, porque ahora tengo la certeza de que siempre estarás tú. 𝓐𝓱𝓸𝓻𝓪 𝔂𝓸 cuidaré 𝓽𝓲. -G.L
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PD: Este es un escrito especial para mi, pues, lo escribí; valga la redundancia, para mi hermana el día de su cumpleaños, hace aproximadamente un año. Recuerdo que inicialmente lo veía como todo un reto, pues, creí que no habrían o existían palabras suficientes para proyectar lo que era ella, o lo que ella significaba para mi, pero en cuanto comencé a escribir no me detuve. Curioso este es uno de los escritos que me ha tomado menos tiempo, supongo que de alguna forma siempre estuve dentro de mi, sólo lo dejé salir en el momento adecuado y surgió.
