- Ella dijo: Ahora debo irme, pero prometo amarte por siempre. - sonrío débilmente.
- Él levantó su mirada con los ojos aún deshechos por la humedad y respondió:
Si el amor consistiera en la simpleza de una promesa ninguno podría atribuirse el mérito de ser capaz de amar, puesto que las promesas son tan comunes que su fragilidad es inherente; y nadie quiere un amor frágil. - Sonrío débilmente.
Fue entonces cuando se dio la vuelta y se marchó, pues insistir ante quien desistió es apostar tu vida por una promesa.
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El diario de un LOCO con delirios de POETA
PoesíaHe estado pensando en versos y en ocasiones con ellos converso, me hablan de un lugar en donde los sueños se hacen realidad, donde el dolor es un mito y el sufrimiento un misterio, donde la infelicidad es opcional y en donde nadie tiene motivos para...