He estado pensando en versos y en ocasiones con ellos converso, me hablan de un lugar en donde los sueños se hacen realidad, donde el dolor es un mito y el sufrimiento un misterio, donde la infelicidad es opcional y en donde nadie tiene motivos para...
Estás tan lejos, me estoy congelando aquí sin ti, abrazándome a mí mismo en un fallido intento de suplantar tu calor, estoy aquí con mucho que decirte y todo por desearte, pero aún no sabes leerme. Ni siquiera sé hacerlo yo, pero ven aquí; vuelve a mi, a lo que éramos y se supone que somos, pero mi corazón siente que me olvidas más con cada minuto; me estás dejando debajo, donde al menos siento tus pies; el calor de tus ligeras pisadas que entierran mi nombre. Aquí sigo, en el mismo lugar en donde me dejaste aguardando por ti, espero cada día; es tan fría y vacía la multitud a mi al rededor, sólo quiero verte, para sentirme a salvo un par de minutos o tres, puede que sean cuatro si mi transparente semblante logra hacer que te quedes, puedo dedicarte cada poema, cada verso haciendo eco tu nombre, ¿Puedes arrullarme hasta que me quede dormido? ¿Puedes deleitarme con tu sonrisa? ¿Puedes amarme...? ¿O... es mi piel de cristal? La que expusiste al quitarme mi armadura con tus besos, marcando mi piel, aquella que fue tuya y estás apunto de soltar, y lo acepto, acepto que me sueltes si prometes que estarás bien, aunque si decides volver a mí para juntar los cristales, ya me habré ido, a lo mejor y me quedé dormido en el sueño de un corazón vacío; A lo mejor me perdí intentado llegar a ti. - G.L
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