Alguien llama a la puerta Δ

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Alguien llama a la puerta;
la tarde es incierta,
el sol se oculta algo retraído tras las nubes que viajan leves dando pequeños saltos en el cielo,
aquel fiel amigo chilla con anhelo,
liberando un pequeño melifluo que da vida a la incertidumbre;
esa que detiene el pulso y lo pone en retro,
esa que personifica todo y elimina la certeza.
El fresco vaso de paz interna suda ante la idea de este amargo terror,
tiembla por su hedor y llora por temor.
Los poros liberan una brisa de invierno,
donde lo único que habita las calles es el silencio de un eterno día marchito.
Es perfecto,
aunque aquello de lo hablo no exista,
pero aquellos días le dan existencia;
aunque no es así en ésta realidad.
Alguien llama a la puerta,
¿Quién será?
la verdad es incierta,
no espero a nadie,
pero lo espero todo;
mejores días,
mejores sueños;
días de ensueños no estarían mal,
¿Pero qué esperar?
Abrirse a lo desconocido,
Saltar a ese vacío;
vacía realidad,
¿Qué tan letal puede ser acudir al llamado?
la letalidad es fatídica ante tanta insistencia.
Las ondas que retumban en la puerta comenzaron a emitir una melodía de suspenso funesta,
mis piernas avanzan mientras bailan al ritmo de la melodía de la muerte;
es como aquellas veces cuando gritan tu nombre desde otra habitación
e inevitablemente el primer pensamiento que modela en tu mente es aquel que se oculta en el papel que guardas y callas,
pero hace mucho ruido ahí dentro. Ese papel que ya no está,
pero sí;
porque ahora es parte de ti.
Alguien llama a la puerta;
avanzo y aterra,
la turbia idea de un intruso con manos de cera,
manchando la acera,
deseando con vehemencia que no haya nadie fuera.
Oigo su siniestro aliento,
veo su viva silueta a través de la sombra que se dibuja en la venta;
aquella que proyecta cada movimiento del tétrico ser.
Alguien llama a la puerta,
puedo simplemente elegir no abrir,
pero la tentadora curiosidad seduce a la incertidumbre,
es una obra de dos amantes en donde yo no interpreto ningún papel.
"Alguien llama";
musitan las paredes,
"alguien cruje";
serán los huesos enterrados en el hielo, "alguien llora";
oye a quien adora,
"Alguien chita"; las lechuzas entonan la melodía de los pulsos estáticos.
Hay alguien ahí;
alguien que huye,
alguien que atenta,
alguien que piensa en vaciar la vida.
¿Quién será?
¿Quién está?
¿Hay alguien ahí?
Alguien llama a la puerta,
¿Serán los fantasmas de la conciencia?
o tal vez alguna alma ahogada en la pena. Finalmente estoy aquí;
frente al destino,
la vida y la muerte se refugian en el hombro del otro,
aguardando el momento en el que pase...
Las cerraduras de la autocompasión se han debilitado,
pero aún hay residuos y cicatrices de que alguna vez fue soldada.
Alguien llama a la puerta,
cada vez está más cerca la inminente decisión de tomar al miedo y robarle el aliento en un beso para luego perderse entre la pasión del terror.
Y aquí estoy después de este breve viaje en letras,
a un paso del abismo o la libertad,
dime quién será,
dime a donde está...
la puerta chilla al tomarla por la espalda y jalarla lentamente hacia mi.
Ahí estás,
quién o qué eres...
tú. - G.L

L

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El diario de un LOCO con delirios de POETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora