He estado pensando en versos y en ocasiones con ellos converso, me hablan de un lugar en donde los sueños se hacen realidad, donde el dolor es un mito y el sufrimiento un misterio, donde la infelicidad es opcional y en donde nadie tiene motivos para...
Soy un sonámbulo. Sí, lo soy; sueño tanto que mi cuerpo se adaptó a hacerlo despierto, aunque eso degradara su color. El insomnio ha llegado a consumirme. Sí, lo ha hecho; mis ojeras llevan versos, ¿acaso no lo ves? He odiado. Sí, me ha consumido; las cenizas y yo tenemos historia. He amado. Sí, aún conservo las grietas; ya no duele, pero me lucen bien. Soy un lunático. Me lo han dicho; tal vez lo sea, ¿cómo no enloquecerse con lo sublime que es la Luna? ¿Conozco a la ansiedad? Sí, es una compañera leal que como pasatiempo me asfixia. Me he sentido abrumado. Sí, aún recuerdo la sensación del agujero negro succionando mi aliento. ¿He caído? Por supuesto, el suelo es un viejo amigo que me enseñó como mantenerme en pie. ¿He estado sumido en la desesperación? ¿Quién no?, pero hay que aferrarse a la ilusión de que todo estará bien. He llorado. Lo he hecho en abundancia que la sequía es todo lo que queda... Las cosas que susurramos a la oscuridad no son el problema, sino aquellos murmullos que las tinieblas gritan. Es así como cada color se enciende y desborda sobre mi; empapándome, danzo a una melodía que no existe, pero resuena en mi cabeza; es intermitente, como mis pasos al andar. Me baño en los colores... Yo soy el desprolijo que no le teme a los colores; los hago parte de mi, desistan ante las injurias, mis oídos están empapados; no puedo oírlos. Lo que contengo se viste de colores, terno y alta costura, todo es una envoltura para mantener todo en su lugar, las apariencias esconden, espero y no te asombres, cuando la envoltura caiga y esto sea lo que haya, estos son los colores reales; los que no se editan, ni se tiñen para agradar, somos iridiscencia en el gris lienzo que es nuestro cuerpo, lo pintamos con lo que somos y degradamos la etérea eterna autocompasión que nos invade. Somos arte, somos imperfectos; somos el artista, con todos los defectos; somos los colores, disueltos y ahora libres; somos el lienzo, estamos vacíos pero llenos de sueños; somos el pincel, delineando cada uno de nuestros pensares; somos abstractos, pero sentimos en concreto; somos... un arte abstracto. -G.L
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