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Puedes vernos al cruzar cualquier esquina en Barcelona, sin duda, provocaremos tu curiosidad y te volverás para mirarnos atraído por el magnetismo y las risas que siempre nos acompañan; querrás saber más acerca de nosotras.

Si me preguntas directamente a mí, te diré que justo hoy somos cuatro leonas buscando desmadre por nuestra ciudad. Nos compenetramos tan bien, que unidas formamos la mujer perfecta:

Mónica, profesora de matemáticas en educación secundaria es el cerebro, la cabeza pensante. Solo hay que proponer una idea y ella se encarga de calcular, en cero coma dos segundos, las probabilidades de éxito, los riesgos, posibles complicaciones, ventajas y desventajas. Es una máquina en lo suyo, no nos atrevemos a cuestionar nada de lo que ella dice porque siempre tiene razón, nunca se equivoca. Particularmente a mí, me da algo de miedo...

Lore es nuestro amigo gay; el juerguista, el que siempre sabe cómo sacarte una sonrisa, incluso en los peores momentos. Sin duda constituye una parte importante de la ecuación. ¡Ah!, y Lore viene de Lorenzo, pero odia que le llamemos por su nombre completo. Durante el día es un prestigioso abogado de éxito, Lorenzo Falcó, y por las noches se transforma en nuestra inseparable y querida Lore, el terremoto de la ciudad condal.

Elena... ¡Qué decir de ella! Es pediatra. La sensata, prudente y comedida amiga que todo el mundo quiere tener a su lado, sobre todo para salir de fiesta. Es algo así como una madre prematura: te previene, te advierte, te aconseja... ¡Incluso te sujeta la cabeza en el baño mientras estás vomitando! Todo un amor, y a la vez, una aguafiestas de primera.

Solo quedo yo: secretaria, traductora y relaciones públicas de Soltan, una empresa de bronceadores extranjera. Mi papel en este grupo es crucial, pues soy la encargada de unir a este atípico cuarteto.

Recientemente las he convencido para irnos a vivir juntas a un piso de alquiler en el centro, dado que la situación económica para independizarnos individualmente está difícil. Desde luego, esto ha sido lo mejor que he hecho en mi vida, somos una piña y nos llevamos fenomenal. ¡Por cierto! Mi nombre es Anna.

—¿Se puede saber en qué piensas? –pregunta Lore.

Me echo a reír y me giro hacia él.

—¿Te das cuenta de que parecemos el principio de un chiste? ¿Qué hacen una profesora, un abogado, una doctora y una secretaria en un una discoteca?

—¿Es que acaso no es evidente? –Vuelve a preguntar con ese deje afeminado que tanto nos gusta, pone los ojos en blanco y continúa–. ¡Buscar hombres!

Empezamos a reír.

—Las probabilidades de encontrar aquí a un hombre decente son del dos por ciento.

—¡Hala! –Me quejo censurando con la mirada a Mónica.

—Bueno, con que uno de esos dos sea para mí... –Lore besa a Elena en la cara mientras la coge del brazo y tira de ella.

—¡Así me gusta, cariño, ante todo positivismo!

Cruzamos las miradas y volvemos a reír; Elena no encontraría a un hombre decente ni aunque se lo fabricasen expresamente para ella.

La música nos aturde nada más entrar al local, y viendo a los jóvenes que hay en la pista, me pregunto si no seremos ya un poco mayores para esto; pero luego pienso: somos treintañeras, guapas y decididas, además, ¡a nadie le amarga un yogurín!

—Lore, ¿por qué insistes siempre en llevarnos a este tipo de sitios? –pregunta Mónica frunciendo el ceño–. Solo hay niñatos, morenos y guiris.

—Estamos en el puerto, reina, ¿qué esperabas encontrar?

—¿Qué tienes contra los niñatos, morenos y guiris? –pregunto alzando una ceja.

Fuego VS HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora