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Tras una noche agitada, amanezco que parezco un zombie; encima mi ojo ha adquirido un color verdoso que da escalofríos con solo mirarlo.

—Buenos días, Pol.

Se gira y la diversión se esfuma de su rostro al ver mi semblante cansado, me dedica un movimiento de cabeza sin añadir nada; se lo agradezco, no estoy para bromas.

En la oficina todo sigue igual, nadie sospecha nada. Suspiro y llamo a recursos humanos para que me faciliten la lista de empleados, me la envían por correo interno y en cuanto me llega, la miro y la remiro... Nadie se merece un despido, todos hacen lo que pueden y llevan años trabajando para la empresa; además, el impacto de un despido de diez personas en una plantilla donde trabajan unos cincuenta, será demoledor.

Con la mano trémula, empiezo a escribir nombres. Hago caso a Lore, y no solo miro su papel en la empresa, sino también su situación familiar, anotando únicamente a los más jóvenes y sin cargas familiares, ya que son los que posiblemente tardarán menos en encontrar otro empleo.

Camino abatida durante toda la semana por la oficina, como alma en pena; James me ha citado un par de veces más en su despacho para darme informes. Cuando me pregunta por la última tarea que me ha encomendado, respondo con un movimiento afirmativo de cabeza. No me atrevo a verbalizar lo que realmente pienso, porque eso no haría más que meterme en serios problemas con él. Dejo pasar los días y la gente empieza a olerse algo, pero consigo con éxito esquivar sus preguntas.

Llego a casa bastante tarde, me siento junto a la mesa del comedor y repaso la lista de los nombres que he anotado. No sé cómo lo he hecho, pero al final he conseguido apuntar a nueve personas.

—¿Cómo lo llevas? –Elena se sienta a mi lado y mira los nombres uno a uno; aunque ella no los conoce.

—Me falta uno –digo con la voz rota.

—¿No sabes a quién poner?

La miro, sus ojos tristes se centran en los míos, cierro los párpados unos segundos al tiempo que suspiro. Cuando vuelvo a abrirlos, le respondo:

—Sí, lo sé.

—¿Y bien?

—Técnicamente hay un puesto en la empresa que está duplicado, en principio podríamos prescindir de una de las dos personas.

—¿Quiénes?

—Vanessa y yo tenemos la misma función; aunque ella se encarga de una sección y yo de otra; no somos necesarias las dos. –Tras ver su cara de desconcierto, continúo–: Vanessa lleva menos tiempo que yo en la empresa y abarca una pequeña parte de mi faena, yo hago el doble para que no se sature. Sé que le cuesta más que a mí realizar ciertas labores, sobre todo aquellas en las que tenemos que dar la cara al público, pero Vanessa es madre soltera, y además, sus cargas económicas son grandes y precisa la ayuda de sus padres para pasar el mes. Tiene más dificultades que yo para abrirse camino y empezar de cero en otro sitio.

—Entonces, ¿qué vas a hacer?

—Está claro, ¿no? Voy a despedirme.

—¡¿Cómo?! –Sus ojos se abren impresionados.

—Es lo mejor que puedo hacer. Además, de esta forma también me solidarizo con mis compañeros.

—¡No puedes hacer eso! ¡Te encanta tu trabajo y te preocupas como nadie por una empresa que ni siquiera es tuya!

—Hay más empresas que precisan personal, no es el fin del mundo.

—¿Estás segura?

Inspiro profundamente, cojo el bolígrafo y anoto mi nombre al final de todo.

—Completamente –susurro–. A partir de ahora, formo parte del personal prescindible de Soltan.

Pongo punto final a la lista, ahora puedo descansar tranquila. ¡Al fin!

Con la mente fría enciendo mi ordenador y, por primera vez en años, vuelvo a aquellos tiempos en los que buscaba trabajo. Esta vez me centro únicamente en empresas relacionadas con el mundo de la cosmética, seguramente todas funcionarán más o menos igual y dada mi experiencia...

Rastreo durante horas enteras, hay poca oferta, pero confío en que mi currículum haga el resto. Tras anotar en mi cuaderno algunos datos de interés e imprimir la información que necesito de las empresas que me interesan, me siento en el sofá junto a mis amigos para hablar, ver la televisión y, en fin, despejarme un poco.

Fuego VS HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora