Capitulo 40: la justicia

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En el palacio...

Ramsés junto a Moisés, recordaban cada palabra dicha de la boca de Sara, así poder averiguar bien lo que sucedió. Primero empezaron a preguntarle  a cada siervo qué estuvo con ella todo el día, pero ninguno sabía nada. Entonces se dedicaron a preguntarles a algunos guardias,y nada.

Moisés: no nos podemos rendir, quizas alguno sabe algo o tal vez de lo que preguntamos mintieron y no quisieron decirnos nada

Ramsés: tienes razón ¿Y si le ofrecemos oro?

Moisés: sería muy buena idea ( llega Nefertari)

Nefertari besa a Moisés y dice: ¿Ya saben algo? ( Ramsés al ver el beso entre Moisés y Nefertari se puso un tanto celoso)

Ramsés: aún no

Nefertari: saben que si necesitan algo, yo les puedo ayudar

Moisés: gracias Nefertari pero ya pronto lo vamos a averiguar

Ramsés: es verdad, solo con ofrecer oro, van a aceptar

Nefertari: ay, ya tienen todo planificado, que chicos listos

Moisés y Ramsés ríen.

Moisés: somos expertos ¿No Ramsés?

Ramsés: así es ( ríe) bueno es mejor seguir con la investigación

Moisés: si no tenemos tiempo que perder

Nefertari: espera ¿Y Samuel?

Moisés: está resolviendo unos asuntos, por es mismo no pudo ayudarnos

Ramsés: es un hombre ocupado ¿Acaso no lo conoces Nefertari? ( Ríe)

Nefertari ríe: tienes razón, bueno, no quiero interrumpirlos más

Moisés la besa: nos vemos después

Nefertari: si mi amor

Por otro lado...

Simut: ¿Y maestro? ¿Pudo resolver el asunto?

Paser: no se simut ( dijo mientras revisaba papiros)

Simut: su expresión en su rostro dice otra ¿Acaso lo que le dije le afecto?

Paser: simut lo que me pase ahora no importa, necesito concentrarme en este papiro, tú deberías hacer lo mismo

Simut: perdón maestro

En la villa...

Samira: necesito ir a verla Leila

Leila: no, por favor, sería peligroso, usted sabe que no la dejarían pasar

Samira: pero es mi hija Leila

Leila: ya intentaste una vez entrar aquel lugar por tu hijo, y no te dejaron, menos te dejarán ahora. Casi terminas muerta.

Samira: no importa, necesito verla ( dijo firme)

Leila: si importa ( toma su mano) mantente tranquila, yo te mantendré al tanto de la situación, te lo prometo, yo la visitaré y te daré noticias de ella pero tú quédate aquí. No quiero perderla ni a ti ni a Sara por favor. Solo confía en Dios, no te desesperes.

Samira suspiro y dijo: está bien, gracias, si no fuera por ti, estaría cometiendo una locura

Leila: no es nada. Mira la unica ayuda que le puedes dar a tu hija es orando. La oración es poderosa. Dios te escuchará.

Samira: gracias por siempre alentarme ( sonríe levemente)

Leila: para eso estamos las amigas

En el palacio...

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