capitulo 27: sentimientos encontrados

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El rey de Roma, se encontraba desolado en el balcón, decepcionado de su propio hijo, y aún sabiendo que él fue quien mandó a ejecutarlo, le dolió el alma tener que hacerlo. Era una decisión difícil para él pero justa. No podía permitir que la maldad de su hijo se propague y lleve a la ruina a todo Roma en su gobernación, ya que si este seguía con vida, este iba a transformarse en un faraón malvado y soberbio y eso era lo que menos quería.

Aún así, él amaba a su hijo con todo su corazón pero este era una represalia de los mismísimos dioses por sus atrocidades cometidas. Este acontecimiento le tenía debastado. Se preguntaba ¿porque las cosas son de tal modo? ¿ Porque las cosas no son como uno las quiere? Sin embargo, estás preguntas seguirían sin respuestas. Él tenía que mantenerse firme y fuerte en toda ocasión. No podía dejar que esto le afecta por más que le dolía el corazón tener otra perdida más.

Rafael: señor, Octavio ya ha sido ejecutado, tal cual usted mando ( dijo atrás de él)

César sin apartar la vista en el paisaje de Roma y sin voltear respondio: perfecto, ahora déjame sólo

Rafael: señor, se que usted está abatido por toda esta situación, pero quiero que usted sepa que cuenta conmigo. Si quiere desahogarse yo le oiré y estaré para usted.

Cesar: gracias Rafael, por tu lealtad y buen corazón pero necesito estar sólo, al menos un momento ( dijo sin voltear)

Rafael: como usted lo prefiera ( se retiró y en un instante entro su hijo)

Abel solo se acercó y se colocó al lado de su padre sin decir nada. Por más que no puedan creer, esté también estaba triste por la muerte de su hermano, después de todo eran familia y de la misma sangre.

Mientras tanto Ilek, como castigo y a pedido de Abel, solo fue desterrado, después de todo él no pago con la muerte gracias a la compasión del príncipe pero a esté siervo, se le quitó todos su bienes que contenía en ese palacio. Lo único que se llevó con él fue algunas provisiones para su travesía en el desierto.

En los aposentos de Lina...

Lina: Mi amor ( abrazo a Elías) ¿Que haces aquí? ¿El rey te perdono?

Elías: hay muchas cosas que contarte mi amor, primero que nada ha ocurrido un milagro que Dios nos concedió ( dijo contento)

Lina: ¿ Cuál mi amor? ( Dijo con curiosidad y a su vez absorta)

Elías: Abel despertó ( la sujeto del brazo con una sonrisa puesta en su rostro) ¿No es increíble?

Lina: ¿Enserio? ¿Revivió? ( Dijo asombrada)

Elías: si mi amor, anda y velo con tus propios ojos ( se regocija)

Lina: lo haré ( sonrie) Dios a concedido nuestra petición. Pero en cuanto a ti ¿ El rey te ha perdonado?

Elías: no exactamente, es decir, Abel fue quien me dio la libertad, el rey no sabe nada pero lo que si tiene el conocimiento, es que Octavio fue el culpable y por lo que se, el fue ejecutado y Abel será el sucesor del trono

Lina: bueno, ahora todo se solucionó ¿No es así?

Elías: tengo que ver qué es lo que dice el soberano de mi

Lina: tienes razón, pero se que todo estará bien. Dios me ha demostrado su poder, de lo que es capaz, de su protección a los que le creen ( dijo con fé)

Elías: entonces ¿Crees en él?

Lina: si mi amor. Tu Dios será mi Dios también ( sonríe)

Elías la alza y le da vuelta de alegría y luego la baja y le dice: te amo ( la besa tiernamente)

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