Capitulo 26 :La condena

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En Roma, había pasado algo inesperado, que dejó a todos boquiabierto al ver tal acontecimiento nunca jamás visto, es que un milagro ocurrió.

César estaba en los aposentos de Abel llorando, aún no estaba preparado para iniciar la momificación de este, entonces ordenó que salieran los respectivos siervos y algunos sacerdotes y lo dejarán solo con el cuerpo de su hijo.

Este lo miraba destrozado, pensando en las buenas memorias que tenía con su hijo y al recordarlas este sonrió mientras sus lagrimas aún se deslizaba.

*Recuerdo*

César, la reina Silena, Octavio y Abel se encontraban en un río almorzando.

Octavio y Abel jugaban mientras sus padres los vigilaba dentro de una carpa.

Silena: cuidado Octavio! Vas a golpear a tu hermano ( grito para que su hijo lo escuchará)

Octavio: solo estamos jugando ( contesto indiferente y siguió jugando a golpes con su hermano)

César: deja que se diviertan mujer ( dijo tomando una copa)

Silena: solo estoy cuidando de nuestros hijos

*Abel llora*

Silena: ves!( Miro a César, se levantó y fue hacia Abel) ¿Que te paso hijo mío? ( Dijo levantandonlo)

Abel: Octavio me ha golpeado ( lloraba)

Silena: ¿Dónde?

Abel: en la rodilla ( seguía llorando ya que tenía un raspón)

Octavio: mi hermano es un devilucho como siempre ( dijo con brazos cruzados)

Silena: ¿Pero porque dices esas cosas Octavio? ¡Disculpate con tu hermano! ( Regañó)

Octavio: no ( dijo rebelde)

César se acerca y dice: ¿Porque tanto drama?

Octavio: mi mamá quiere que le pida disculpa a Abel pero yo no le hice nada. No es mi culpa que mi hermano sea un devilucho (dijo enojado)

César: no digas esas cosas de tu hermano Octavio ( se acerca a Abel y a Silena) ¿ Estás bien hijo? ( En ese momento Octavio se le incremento el enojo, ya que este era muy celoso)

César: Octavio que sea la última vez que empujas a tu hermano de está forma. Acuérdate que tú eres mi futuro sucesor y tienes comportarte muy bien ¿si jovencito? ( Regañó)

Octavio: está bien ( rodeo los ojos)

Abel se baja y dice: te quiero hermano, yo te perdono ( se acerca y va a darle un abrazo pero este no fue correspondido, ya que Octavio no le gustaba ser abrazado por su hermano)

Octavio: no me abraces ( dijo con repudio y se fue)

César al ver eso no dijo nada pero se acercó a Abel cuando percató que sus ojos estaban aguados: hijo mío, se que Octavio es medio duro a veces, pero se te quiere mucho ( se pone a su altura)

Abel: papá el no me quiere, no parece

César: claro que sí pero a su modo entiendes?

Abel: tú me quieres papá?

César: obvio que si, eres mi hijo amado y siempre lo serás ( se abrazan)

*Fin del recuerdo*

César: te amo hijo ( sus lágrimas se intensificaba)

De repente una brisa acompañada con una luz blanca entró de afuera y está se dirigió hacia el cuerpo de Abel y este despertó. César al ver eso se quedó absorto y a su vez muy asustado. No sabía lo que estaba pasando.

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