Capitulo 32: muerte de Maya, etc

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Después de unos segundos, Ramsés se dirigió hacia donde estaba Sara, pues necesitaba hablar con ella.

Ramsés: aquí te encuentro ( dijo atrás de Sara provocando en esta un brinco del susto)

Sara volteo: si me vienes a reclamar quiero que sepas que yo no dije nada

Ramsés: no vine a eso

Sara confundida dijo: ¿Entonces a qué?

Ramsés: a agradecerte, pensé que ibas a aprovechar el momento para perjudicarme, cosa que si lo hubieras hecho, hubiese sido entendible

Sara: Ramsés, el mundo no se trata de guardar rencores y vengarse, si no, amar al prójimo como a uno mismo.

Ramsés: sabias palabras pero nosotros no nos llevamos bien y eso me dejó totalmente perplejo.

Sara: que no nos llevemos bien, no justifica que tenga q hacer malas acciones

Ramsés: pero si me tratas como fiera ( ríe)

Sara rodeó los ojos y dijo: ah ¿Y tú jovencito?

Ramsés ríe: yo hablo de ti, no de mi

Sara: y yo hablo de ti, tampoco de mi ( se ríen)

Días después ...

Sara se encontraba con Nadab en el río Nilo disfrutando de un día soleado.

Aquel día, el faraón había ordenado un día de descanso a los esclavos, pues estaba de buen humor y creyó que un día de descanso fortalecería a los hebreos para los trabajos duros y costosos que se vienen. Entonces, nadab aprovecho aquel instante para pasar con su gran mejor amiga.

En algunos metros, había una carpa que cubría del sol a los 4 jóvenes que se encontraban allí, Ramsés, Maya, Nefertari y Moisés. Pues estos habían salido en pareja.

Ramsés estaba disfrutando del bello día hasta que a lo lejos pudo ver a un hombre y a una mujer : Sara y Nadab. Al ver tal paisaje, los celos le invadieron, tenía muchas ganas de abandonar aquel lugar y dirigirse hacia ellos y dar una enorme bofetada a aquel hebreo por tener la osadía de acercarse a Sara. Pero sabía que tenía que mantenerse en calma y no mostrar a los demás de aquella perturbación.

Él creía que por estar con Maya, los sentimientos que tenía por Nefertari y Sara, se iban a olvidar, pero no fue así, aún que los sentimientos por Nefertari ya estaban desvaneciéndose pero por Sara, era diferente, es como si, tratara de alejarse de ella pero cuando más lo hace, los sentimientos aquellos aumentaban con un grado de desesperación. Aún no olvidaba aquel beso que tanto le encantó.

Luego de haber terminado aquel almuerzo, se fue hacia el haren, pues allí se encontraba Sara feliz y alegré. Pero no sé animo a hablarle. Pues por primera vez en la vida se sentía verdaderamente un niño como si fuese que nunca hablo con una niña en toda su vida.

Este como estaba verdaderamente molesto, se dirigió hacia la villa, pues debía encontrar aquel hebreo. Algo tenía que hacer para que esté no se acercara a Sara.

Cuando por fin encontró la dirección de su hogar, se dirigió hacia ella y toco sus puertas.

Eliseba abre la puerta y al ver al príncipe su semblante quedó en shock pero luego hablo: principe, que sorpresa ¿En qué lo podemos servir?

Ramsés sonríe levemente: busco a un hebreo llamado Nadab

Eliseba: ¿Se puede saber porqué?

Ramsés: asuntos de hombres ( dijo indiferente)

Eliseba estaba un poco asustada, pues no sabía lo que Ramsés quería con su hijo: ahí lo llamó

Nadab se acercó a la puerta y hablo: ¿Me mandó a llamar?

Ramsés: así es ( mira el interior de su casa) ¿Podemos hablar en privado? ( Dijo serio)

Nadab vaciló y dijo: está bien

Ramsés y Nadab fueron a un lugar apartado.

Ramsés: bueno, seré breve y directo y te lo voy a decir por las buenas, quiero que te dejes de ver con Sara

Nadab atonito dijo: usted no me puede pedir eso, ella es mi mejor amiga

Ramsés: claro que puedo, pero hoy no tengo humor para andar discutiendo contigo ni con nadie. Solo obedece.

Nadab: príncipe, es mi amiga

Ramsés: ¿Amiga? ( Ríe) ya quisieras tú qué ella fuera más que eso ¿No es así?

Nadab no dijo nada, pues estaba nervioso y el principe estaba en lo cierto.

Ramsés: lo ves, entonces, como te decía, no quiero que te acerques, al menos que hayas dejado aquellos sentimientos estúpidos por ella. Tienes que saber que ella se tiene que casar con un egipcio y no un hebreo como tú.

Nadab: ella es hebrea también

Ramsés: eso no me importa. Sea hebrea o no, ahora ella vive en el palacio

Nadab: usted no me puede privar nada de eso. Sara y yo somos amigos desde la infancia. ¿Acaso usted no tiene amigos? (Alzó la voz)

Ramsés: cuida en el tono que me hablas, pues yo soy tu futuro rey, más vale que me obedezcas, por lo contrario ( nadab interrumpe)

Nadab: ¿por lo contrario que?

Ramsés: serás castigado, ahora dichas mis palabras, me retirare, que tengas un buen día ( sonríe en forma malévola)

Nadab se fue del lugar enojado, pues ahora no se debía acercar a Sara y si desobediencia, el iba a ser castigado.

Algunos meses más tarde...

Moisés había pedido matrimonio a Nefertari a las orillas del río Nilo.
Por otra parte, ya se acercaba la boda entre Ramsés y Maya.

Yunet, había planeado algo muy malévolo, pues debía deshacerse de Maya de alguna forma u otra. Entonces, pensó que ya llegaba la hora de separar a estos dos tórtolos para siempre. Pues Nefertari debía ser la reina de Egipto.

Entonces, preparo un veneno que se lo pondría en el maquillaje y así matar a la querida Maya para siempre. Y así fue, cuando todos se encontraban en una pequeña recepción, ella junto a disebeck aprovecharon el momento para envenenar su maquillaje.

El plan era el siguiente: disebeck tendría que seducir a la dama de Maya y llevarla hasta su aposento, luego disebeck cambiaría su maquillaje y todo estaría listo. Y así lo hicieron, solo debieron esperar hasta la noche, ya que Maya iba a encontrarse con Ramsés.

Por la noche, Maya se preparaba para su cena con Ramses. Cuando ya se había arreglado, se dirigió hacia al haren donde Ramsés lo estaba esperando y en ese momento donde la vida se torno de una manera diferente. Maya comenzó a rascarse desesperadamente su rostro y luego cayó desmayada en los brazos de Ramsés.

Ramsés estaba desesperado de una manera que nadie podía explicar. Entonces llamaron inmediatamente a paser.

Paser pudo diagnosticar que fue envenenada a través del maquillaje y este dio el informe al soberano.

Finalmente, Maya murió, pues no pudo resistir al veneno, al menos tuvo la dicha de despedirse y poder haber pasado momentos con Ramsés.

Ramsés por su parte, estaba destrozado, llorando. Nefertari, también, pues Maya era una buena muchacha , Samuel y Moisés solo permanecian serios.

En cuanto con Sara, bien supo de la noticia, se dirigió hacia los aposentos de Maya y al ver a Ramsés destrozado le rompió el alma.

Sara derramó sus primeras lágrimas, pues Maya ha sido una buena amiga: lo siento mucho Ramsés

Ramsés volteó y sin importarle nada se dirigió hacia ella para abrazarla y llorar en su hombro, dejando asombrados a sus amigos, pues Sara y Ramsés no se llevaban bien: ella se fue

Sara correspondió a su abrazo y cuando lo hizo, le fue una caricia al alma, porque al igual que él, ella estaba destrozada, ella entendía muy bien de lo que era perder a alguien.

Nuestro encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora