Adelfa, mi historia.

Seis meses después

Aquí parte una nueva etapa de la historia, mi favorita, tiene mucha más acción y no es tan lenta, ahora que ya conocen a los personajes más importantes me va se más facil seguir, aunque apareceran unos nuevos en los siguientes capitulos.

Espero que les guste esta nueva Meme, más directa y que toma su propia iniciativa siempre, sin miedo de lo que podría pasar.

Sin nada más que añadir los dejo con esta nueva parte de la historia.

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6 MESES DESPUÉS.

Uno siempre, siempre, tiende a hacer dos divisiones, los buenos y los malos. Siempre un bando/equipo/grupo forma el enemigo, el que por todos es conocido como los malos de la historia, los cuales siempre buscan hacer el mal. Y por otra parte están los buenos, que siempre hacen el bien y encarnan todo lo bueno. Pues esto es mentira.

Yo no pertenezco a ninguno de esos grupos, en realidad dudo que exista alguno que cumpla con todas las aptitudes que se le pone. Los Adelfas hacen lo que ellos creen que está bien, sin preguntar ni tomarse el tiempo de asegurarse de que es lo correcto, simplemente actúan. Y uno tiende a identificarlos como los buenos solamente porque son legales y reconocidos por los gobiernos de los países.

Por otra parte están los Baladre, que pueden ser conocidos como los opositores de están gran organización que quiere solo hacer el bien. Ellos hacen lo que ellos estiman como bueno, que es que los Adelfas dominen y gobiernen el mundo; ya que basándose en la ley natural de Darwin, debería de ser así.

Para mí ninguno son los buenos o los malos, depende del momento en que me pregunte y la misión que esté cumpliendo. No pertenezco a ninguno de los dos y por el momento no me siento inclinada a elegir ningún bando, me gusta de la libertad con la que vivo.

Yo no estoy en ninguno de esos bandos, se podría decir que soy neutral, no comparto todas las ideas de los Adelfas, aunque si algunas, y lo mismo pasa con los Baladre. Esto no quiere decir que me quede allí, sin hacer nada, como un ente flotando en el espacio. Yo con mi equipo hacemos lo que se nos plazca, sin que una organización con personas sobre nosotros nos diga que hacer, sin la libertad de negarnos.

Mi vida cambio radicalmente cuando mi avión aterrizo en algún punto de Alaska y Francisco me mostró a mis nuevos compañeros, a mi nueva familia. Todos me recibieron con los brazos abiertos y me dieron la opción de hacer los que quisiera.

El lugar resulto ser una especie de campamento para refugiados. Sus integrantes eran Adelfas que no compartían las ideas de ninguno de los dos bandos o que simplemente querían vivir una vida pacífica, sin el constante estrés de que te puedan encontrar. Estas personas crearon una pequeña sociedad, donde vivían todos en armonía. Aunque también había otro grupo en el que yo forme parte inmediatamente. Los que hacían las cosas a su modo.

-Te quedan diez minutos ni un segundo más.

-No te preocupes - le susurre como respuesta a Francis que estaba al otro lado del mini comunicador que tenía en la oreja -, es tiempo de sobra.

Me deslizaba sin apenas hacer ruido por las ventilaciones de ese gran edificio, tratando de llegar a la oficina central sin ser vista y evitar que la bolsa cayera con el virus que estaba invadiéndola.

Sabía muy bien lo que tenía que hacer y perfectamente lo que pasaría si no cumplía bien mi misión. El virus lo había creado los Baladres y puesto en el ordenador por manos humanas, sin saber lo que realmente era. Ahora tenía que yo y mi equipo arreglar el desastre.

-No entiendo por qué no se ocupo Nick o Tatiana de esto, son mucho más ágiles que yo.

-Sabes perfectamente que ninguna hubiera sabido qué hacer al llegar allí, por mucho que yo les vaya diciendo cómo hacerlo.