Su abuelo

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Desperté varias veces en una pieza ni tan grande ni tan chica, con paredes blancas y maquinas que producían pitidos. Era como haber retrocedido en el tiempo y tener nuevamente siete años. Perecía imposible que solo hayan pasado años desde que me convertí en Adelfa, sentía que habían pasado vidas, por lo  menos unas tres.

La primera vez que me desperté la habitación estaba llena de gente que hablaba en voz baja, dudo de que alguien se haya percatado de mi momento de conciencia, ya que al minuto siguiente estaba nuevamente dormida. De lo único de lo que me di cuenta fue que no sentía ninguna parte de mi cuerpo, por lo que debería de haber estado drogada.

En la segunda había solo un doctor con una enfermera revisando mis notas y estado. Se sorprendieron al verme despierta, pero no alcance a decir ni escuchar ninguna palabra porque al momento siguiente estaba nuevamente durmiendo.

Me desperté varias veces más por máximo un par de minutos. En algunas ocasiones  Nick, en otras Tatiana con Iván  y en otras de las que estaba segura que era producto de mi imaginación, Jake. Francis no apareció nunca y tuve la oportunidad de preguntar ni por él ni por Andrea. Un día también apareció Carlos y mis ojos se llenaron de lágrimas por lo cruel que estaba siendo mi mente conmigo en esos momentos tan difíciles.

Por fin llegó el día en que desperté completamente. En la habitación estaba Nick cambiando de lugar unas flores y Tati con Iván sentados en el sillón mirando un programa de talentos.

Me incorporé y a Nick casi se le cae el florero por el susto que le di. Yo simplemente le sonreí y baje mi vista  a mi cuerpo a comprobar el estado en que estaba.

-¿Y Francis? – pregunté al comprobar que mis heridas estaban cicatrizadas y vendadas. Solo faltaba él para que el equipo estuviera completo.

Antes de despertar el único sueño que aparecía en mi mente era la muerte de Francisco ante mis ojos para salvarme la vida. No era para nada un sueño, era la peor pesadilla que nunca antes hubiera imaginado. Apenas desperté tuve la necesidad de verlo, tenía que confirmar que estaba bien para poder relajarme.

Nick iba a decir algo. Iván y Tati se habían levantado rápidamente al escuchar mi voz y su miradas eran oscuras, como si lo que me tuvieran que decir no fuera de su agrado.

-¿Y Andrea? Ellos son los únicos que no he visto – no me atrevía a decir que había soñado con Jake y Carlos, me tomarían por más loca de lo que ya de por si era.

-Ella está bien, al día de llegar le dieron de alta y la mandaron a su casa. Ha llamado todos los días para saber de tu estado, no tiene permitido visitarte ni siquiera tu familia, que todavía no ha sido avisada de tu estado.

Suspiré aliviada al escuchar tan buena noticia. Andrea estaba a salvo y podría continuar con su vida normal, aunque dudaba de volviera a hacer la misma, estaba feliz de que pudiera vivir la vida que yo con tanta fuerza ansiaba.

-¿Y Francis? ¿Sigue enojado conmigo por no haberle obedecido y partido sola? Díganle que no puede ser tan orgulloso, necesito hablar con él asegurarme de que esta bien…

Las caras de mi equipo eran cada vez más oscuras, transmitiendo pensamientos y sensaciones tristes. Pero eso no debería de ser así, yo ya estaba bien y en unas semanas podría volver a terreno, no había nada de lo que preocuparse…

De repente la puerta se abrió. Todos se voltearon, impidiéndome ver de quién se trataba. Todos murmuraron un saludo. Y por fin apareció el visitante en mi campo de visión.

-¡Nooooooo! – grite con fuerza al verlo. No podía ser verdad, no podía ser de que Jake realmente estuviera allí, eso solo significaba que Francis… ¡No! Él no podía estar muerto, el no podía haber muerto, porque eso solo quería decir que todo mi sueño en verdad era la realidad y la única culpable de su muerte era yo y solo yo.

Adelfa, mi historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora