Buscando un lugar para descansar...

502 22 0
                                    

Me sabía el camino de memoria, había ido la suficiente cantidad de veces como para hacerlo con los ojos cerrados.

No toque el timbre, sino que hice exactamente lo mismo que había hecho en mi casa y entre por una ventana, pero no cualquiera, una que estaba en el segundo piso y entrando a la pieza cuya dueña era Andrea.

Ella estaba acostada en su cama leyendo una revista, con todas sus cosas esparcidas por el suelo y sobre su velador una foto que salía ella y yo, la misma que tenía yo guardada uno de los bolsillos de mi mochila.

Entre sin hacer ruido, ya que tenía la ventana abierta y me acerque a ella, tapándole la boca para que no gritara.

Casi le da un infarto cuando sintió que alguien la sujetaba y trato con todas sus fuerzas soltarse, pero yo tenía más y se lo impedí, aunque recibí unos buenos golpes.

-Por favor quédate quieta, no tengo mucho tiempo – al escuchar mi voz se quedo totalmente inmóvil y giró levemente la cabeza, mirándome a los ojos, abriéndolos como plato.

-Meme – dijo cuando me di cuenta que no gritaría, pero su voz sonó quebrada y llorosa – oh, Meme, eres tú – dijo dejando caer unas lagrimas por sus mejillas – esto debe de ser un sueño.

-Tranquila, soy yo, soy yo – dije con voz tranquila y apaciguadora.

-Meme…

-No tengo mucho tiempo, perdón, pero hay unas cosas que tengo que hablar contigo.

-Te escucho.

Hable durante media hora, ella en ningún momento me interrumpió, simplemente asentía de vez en cuando, haciéndome saber que entendía todo lo que le decía.

Me costó mucho tomar la decisión de venir a verla, pero nada resultaría si no recibía ayuda, y en ese  momento la única que me la podía dar era ella.

-Conseguirte un celular y un chip no me va a costar nada. La identificación falsa me va a costar más, porque no me estas pidiendo una para engañar a los guardias de una discotec, sino a las autoridades, pero si tienes todo lo que me dijiste que tenías no creo que me cueste mucho.

<<Y se me ha ocurrido que te puedes teñir el pelo de negro, siempre pensé que te puede quedar bien, con esa piel tan blanca que tienes. Y para eso no voy a necesitar mucho, tengo todo lo que necesito en el baño, pero se va a demorar una media hora.

-No importa si partimos de inmediato, no puedo perder mucho tiempo.

La siguiente hora la dedicamos a cambiar mi look. Corte mi largo pelo hasta que estuvo a la altura de mis hombros. Después me lo teñí negro azabache, con un mechón rojo, siempre había sido mi sueño tenerlo de esa forma, pero nunca me atreví a hacerlo, ahora que las circunstancias lo exigían no le vi ningún inconveniente.

Cuando estuve lista acordamos reunirnos cuando se ponga el sol en una casa club que tuvimos cuando chica, en una plaza que estaba cerca de la casa de Elena. Yo esperaría allí, mientras ella me conseguía lo que necesitaba.

Antes de salir por la ventana con todas mis cosas, me sacó la foto que necesitaba para el carnet.

-Mmm…deberías hacerte algo en la cara, podrían reconocerte – las dos guardamos silencio pensando qué podría ponerme en la cara. – Ya sé, ponte un percing en la ceja y otro en la nariz. ¿Te acuerdas, cuando hace unos años nos compramos esos falsos para asustar a nuestras mamás?

-Sí…

-Pues yo los guarde y lo puedes usar ahora y te puede pintar con un estilo…tu sabes…un poco más dark.

Adelfa, mi historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora