Treinta y uno.

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Colle se estaba esforzando en regresar a la normalidad, pensó que el parque sería una buena idea para sentirse mejor y que su corazoncito no se sintiera triste. Pero en todo lo que podía pensar mientras se deslizaba por la larga resbaladilla era en que por su culpa le hicieron daño a su papi de nuevo, y Kelly ya no estaba para cuidarla.

Zayn se acercó a ellos, pretendiendo ser un alfa con buenas intenciones, riéndose de ella por quererlo cerca apesar de haber lastimado tanto a su papi.

— ¿Sucede algo, Cu-Cu? — Halley la miraba con pena, era una tortura ser testigo de cómo día a día se apagaba el inmenso brillo que su hermana solía tener.  Los ojos que lo miraron no eran ni la sombra de aquellos orbes brillantes y llenos de vida que caracterizaba a la menor.

— Quiero ir a casa, Hallie. — Fué sólo un susurro, pero bastó para convencer a su mellizo que era importante conseguir ayuda rápido. 

...

Liam caminaba de un lado a otro de la habitación, el teléfono pegado al oído y una expresión bastante afligida. Su hija había pedido irse del parque en el primer juego que subió, y lo primero que hizo apenas puso un pie en casa fue correr a su habitación, cerrando la puerta.

Había tomado un tiempo tranquilizar a Halley, el niño quería ir en busca de Malik y reclamarle lo mal que dejó a su hermana, pero luego de tantas negativas que Liam le dió, su enojo no tuvo más opción que salir en gordas y saladas gotas.

Estaba sorprendido. Su corazón se oprimía más con cada lágrima que su hijo, aquel alfa tan fuerte y protector, derramaba con tanto dolor por su melliza. Podía contar con los dedos de una mano las veces que el castaño lloró en toda su vida; la última vez había sido hace muchos años, apenas empezaban a caminar y él se raspó una rodilla al caer.

Una vez, por accidente escuchó una conversación que tenía con su primo, ambos acordaron que únicamente debían ser "débiles" y llorar mientras estuvieran ellos dos solos, no debían hacerlo si sus padres o Colle estaban presentes, ya que estaba en ellos dos cuidar de su familia. A Liam le había preocupado, le dijo a Louis lo que escuchó y ambos hablaron con los tres niños sobre lo importante que era demostrar todos sus sentimientos, que sentirse tristes no era malo, porque la familia estaba para apoyarse incluso en esos momentos. Los más grandes asintieron, y prometieron que todo estaba bien, que ambos eran felices pero les dirían cuando no fuera así. Sin embargo, ninguno demostró alguna emoción negativa.

Hasta ahora.

Era algo totalmente nuevo, sus hijos eran esos rayos de Sol que le daba alegría a la vida, jamás imaginó que llegarían a encerrarse en ellos mismos, sin hablar con nadie. Ni siquiera el uno con el otro.

¡Tenían seis años, por Dios!

Liam podía soportar que le hicieran daño a él, pero el haber dejado a sus hijos en ese estado jamás se lo iba a perdonar a Malik.

L

ouis necesitaba ayuda. Urgente.
Desde que Kelly nació se volvió el motivo por el cuál despertaba.

Existe una frase demasiado cliché que los padres le dicen a sus hijos, algo de que su amor es tan grande que morirían por ellos. Pero eso era fácil.
El verdadero amor se encuentra en querer vivir por ellos.
Amor es tener el corazón hecho pedazos, que tu vida se encuentre pendiendo de un hilo porque es imposible sobrevivir sin tu alfa luego de ser marcado y aún así sacar las ganas de luchar día con día por el bienestar de ese cachorro.

Louis había querido vivir por Kelly.

Pero ahora, con cada segundo se drenaba la fuerza de querer estar bien.

Ahora lo único que le detenía era ese "¿Y si fallo?"

Un día que limpiaba la habitación del niño, se encontró con un calendario. Había enormes X rojas en los días pasados, lo que le decía que contaba cuánto faltaba para regresar. Louis entendía, lo había separado de la única cosa estable que había tenido en su vida: sus primos. Habían sido ellos tres siempre, sin importar la situación.

Y por lo poco que Liam había mencionado, los mellizos tampoco la estaban pasando bien.

¿Había hecho bien en irse, en alejar a los niños de esa forma?

No es como si estar lejos le hubiera servido de algo. Caso contrario, tanto su hijo como él la estaban pasando verdaderamente mal.

Quizás podrían volver, una vez de regreso los niños podrían ir a otra escuela, ellos podrían mudarse y así esos alfas no los encontrarían de nuevo. O por lo menos tardarían en hacerlo, lo que les daría algún tiempo de paz.





Buenas noches, mis gomitas preciosxs. ♡
Estoy de regreso con un nuevo (y muy pedido) capítulo.
Les confieso que éste es mi favorito, pues aquí plasmé mis sentimientos de los últimos días. Espero que les guste o por lo menos no decepcionarlxs.

Sé que he tardado, pero entre la maternidad, la escuela y el trabajo no me da tiempo ni de respirar unu.
Cómo sea, estaré escribiendo el próximo, espero actualizar pronto.

Les amo un montón, muchas gracias por seguir aquí. xx 

Su mejor apuesta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora