Veintiocho.

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Una risa amarga salió de sus labios, estaba armando un escándalo en vano, era claro que Harry no respondería, menos frente a su nuevo omega.

Sentía pena por el chico, en los pocos minutos que charló con él se dió cuenta de la maravillosa persona que era, no se merecía las miserias que Harry pudiera ofrecerle. Esperaba que realmente hubiera cambiado, para darle una placentera vida en pareja, pero por lo visto ese cambio no había llegado. 

— Lo siento, Fionn, no tenías que enterarte así.—Su voz salió estrangulada, todas sus emociones mezclándose para impedirle hablar correctamente. No quiso mirar hacia atrás, sus ojos observaban aún al petrificado alfa con la ilusión de que en cualquier momento saliera de su trance y corriera a abrazarlo. Pero no pasó.

— Descuida, de no ser así yo podría haber muerto sin saber.—La voz dulce y alegre se ausentó, dándole paso a apenas susurros de dolor.

Su pecho ardía y su omega volvía a sentirse miserable. Iba a dejarse llevar por sus emociones pero una pequeña mano que conocía bien lo sostuvo. Era complicado describir con palabras la forma en la que su pequeño lo hacía sentir, volviéndolo más fuerte con un simple tacto o mirada.

Verde y azul se encontraron, y Louis recuperó su cordura. Agradecía a los Dioses haberle dado tan perfecto regalo en el momento adecuado.

— Louis, Kel, déjenme expl-

— No pierdas tu tiempo, señor Styles. Papá y yo nos vamos.

Comenzaron a caminar, deteniéndose con el aroma mordaz de un nuevo observador.

— Zayn, Z diles que se queden, necesito explicarles.— El ojimiel no pasó desapercibida la desesperación en la voz de su amigo, necesitaba una explicación después de detener a su omega.

Había salido del baño de su oficina después de oír el alboroto del otro lado; seguramente habían llamado a Louis para que viniera por su Liam. Quería salir y ahuyentarlos, no dejarles que se llevaran a su pareja, necesitaba poseerlo una y otra vez, hacerlo suyo de muchas maneras distintas.  Pero si salía de ahí haría exactamente eso, y debía mantener la promesa que le hizo a los Hadid, así que debía dejarlo marchar.

O eso fué lo que pensó hasta que un nuevo alboroto se hizo en los pasillos. Podía reconocer la voz de Louis demasiado exaltada, ¿qué estaba sucediendo?

Habló calmadamente con voz neutral, era preciso que no cayera en la desesperación junto a su amigo.— Debemos hablar como adultos, Louis. Estás llamando mucho la atención.

Si sus empleados veían a Harry desmoronarse por un omega con el que, según ellos, no tenía relación, chismes volarían en la empresa y fuera de ella; justo ahora no necesitaban de ese tipo de publicidad.

— Iremos a casa para que Louis logre tranquilizarse, volveremos para aclarar todo éste asun-

— No, Liam, no. Terminemos todo de una vez, no pienso regresar.

Harry sentía todo su cuerpo temblar, estaba a nada de perder al cachorro que recién había encontrado.

Liam aún se encontraba débil, su cuerpo no tardaría en calentarse nuevamente pero quería que Louis estuviera tranquilo, sólo esperaba que no tardaran demasiado. Por los gruñidos posesivos de Zayn podría darse cuenta que su olor había informado a los alfas sobre su situación. Harry ordenó que todos volvieran a su trabajo, mientras el moreno los guiaba a una sala privada dónde pudieran hablar, luego de asegurarle a Fionn que tendría su explicación después.

Liam quería que los niños se quedaran afuera, pero tenía que recordar que los tres eran víctimas en todo esto y, al igual que ellos, necesitaban escuchar una explicación.

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