Liam había sido dado de alta esa misma tarde luego de algunas indicaciones y, con la luz verde sobre su partida a casa, Louis llevó una maleta con las cosas personales del omega para su aseo personal y todo lo que necesitase para salir de ahí.
Sus nervios amenazaban con hacerlo perder la cordura, ansiaba poner distancia entre él y los pasillos y habitaciones con olor a enfermedad y desesperanza. Si era por el resto de su vida, mucho mejor. Por ello fué un alivio estar de pie abriendo la puerta de lo que ahora consideraba su hogar, pero su interior se retorció nuevamente con nervio al inspirar el olor a celo que rondaba simplemente entrar, y lo que realmente le preocupó: el aroma varonil de un imponente alfa.
Miró con miedo a Louis, quien le devolvió la mirada con una ligera sonrisa que tenía como objetivo tranquilizarlo. Liam estaba enterado ya del estado de su pequeño hijo mayor, y por supuesto de que Zayn se había ofrecido para cuidar de él mientras el celo pasaba. A pesar de eso, su cuerpo reaccionó sin que pudiera evitarlo.
Caminó al lado de su mejor amigo, apretando contra su pecho el cuerpo dormido de su hija, buscando inconscientemente valor para enfrentar la presencia del alfa. Suspiró pesadamente, mientras que su mente le reprochaba no haber corrido a la habitación de su hijo para ver que estuviera bien.
Como si pudiera leerle el pensamiento, el ojiazul lo miró negando suavemente con la cabeza, deteniendo cualquier cosa que cruzara por su cabeza. Sólo entonces cayó en cuenta del par de cuerpos que dormían placenteramente frente al televisor aún encendido, y el reguero de palomitas que había al rededor de ellos. Buscó la mirada de su amigo, riendo por el suspiro dramático que éste lanzó.
Puso una mano sobre su espalda, fingiendo sentir pena por él. — Espero que Niall no haya querido hacer su explosión de bebidas y chucherías, por el bien de Kelly.
Subiendo las escaleras, el gemido lastimero de Louis lo hizo sonreír con sorna.
Estaba indeciso en si aparecer por el cuarto de su hijo era lo mejor de hacer, el olor del celo aún predominaba en el piso de arriba, lo que le ocasionaba un ligero mareo que, mientras caminaba a su habitación para acostar a Cole, intentaba mantener lejos y de esa forma no caer.
Luego de asegurarse de que la niña estaba a salvo, sin el menor peligro de que cayera al piso y se golpease, caminó por la habitación haciendo una limpieza rápida, siendo consciente de sus intenciones de perder el máximo tiempo posible hasta que el moreno se hubiese ido. Gruñendo por su falta de valentía en un momento donde su pequeño lo necesitaba, salió silenciosamente cerrando la puerta detrás para que los ruidos no se colaran y despertaran a la azabache.
Respiraba con cierta dificultad mientras se dirigía a la recámara que sus hijos compartían, el hecho de que Zayn siguiera dentro le provocaba más nervios que el olor que lo rodeaba.
Su alfa reconoció el dulce aroma de su omega incluso antes de que éste cruzara por la puerta, pero sus ojos aún se mantenían sobre el cachorro, atento por si de nuevo despertaba gimiendo de dolor.
La situación lo mandó a años atrás, a su primer celo. Aún puede recordar el dolor y la necesidad de poseer al pequeño omega que se encontraba detrás de él, consumiendo por completo su cordura y obligándolo a utilizar hasta la última gota de su fuerza de voluntad para no salir en su búsqueda.
— ¿Zayn? — los largos dedos del moreno detuvieron sus caricias en el rostro del niño al escuchar el murmullo de su nombre. Tomó una profunda respiración en un intento de controlar a su acelerado corazón, parecía un crío sin experiencia al que apenas le llegaba el amor y no tenía idea de cómo reaccionar.
Reanudó las suaves caricias, deleitándose con la suavidad de las dulces mejillas sonrojadas del niño. — ¿Ya estás mejor?
El castaño asintió con la cabeza, poniendo voz a su respuesta luego de recordar que el moreno no podía verle.— Sí, gracias por cuidar de mi hijo.
— Lo menos que pude hacer por nuestro cachorro, Liam.—El susurro salió con tono amargo, le dolía pensar que el hombre había ocultado de él a sus hijos. Pero tenía que ser razonable; él tampoco se había portado como el alfa perfecto, por lo que no podía culparlo.
Liam parpadeó, no estaba seguro de haber escuchado correctamente al mayor, pero su corazón se saltó un latido con el mal presentimiento. — Q-¿qué haz dicho?
Zayn sacudió la cabeza, alzando el flequillo castaño de la infantil frente.— Nada, sólo tuve un pensamiento absurdo.
El omega asintió despacio, tomando una de las sillas que sus hijos usaban para hacer los deberes y sentándose sobre ella para tener una mejor vista. Un nudo se instaló en su garganta con la forma tan paternal que el alfa trataba a Halley, como si quisiera protegerlo en esos minutos todo lo que no había podido hacer durante su corta vida. Fué inevitable soltar unas cuántas lágrimas, al mismo tiempo que su olor cambiaba de jazmines a cítricos, poniendo en evidencia su pesar.
Tragó un sollozo cuándo un par de ojos pardo se posaron en él, preocupación brillando en su interior. — ¿Qué ocurre, Liam?
La rasposa voz lo hizo temblar, pero lo ocultó con un sollozo.— Na-nada. —Los despeinados rizos rebotaron al negar, las palabras siendo cortadas por el llanto. —Sólo me-me asusté mucho.
Liam podía ver al alfa debatiendo qué hacer, decidiendo al final acercarse a él para consolarlo, poniendo su gran mano sobre su cabeza y peinando su largo cabello con los dedos. —No tienes que temer ya, Li. Voy a cuidar de ustedes de ahora en adelante.— Liam dudaba de eso, teniendo en cuenta lo que sucedió en el pasado, no iba a arriesgarse a que sus hijos salieran lastimados.
Como si hubiera leído sus pensamientos, Zayn chasqueó la lengua, negando. —Debemos hablar sobre eso, realmente.
—¿Sobre qué? — Su voz salió en penas un tenso murmullo.
Sintiendo la inquietud salir ahora en oleadas del omega, pensó con cuidado sus próximas palabras. Pero antes de poder decirlas en voz alta, la vocecilla de un chiquillo se hizo presente, preguntando en voz baja por sus padres. Sin perder tiempo, ambos se acercaron con prisa a la cama, Liam siendo el primero en llegar comenzando a acariciar la indomable melena castaña y así tranquilizar a su aún inquieto omega.
— Estoy aquí, pequeño. Estás bien, todo está bien ahora.
Sus somnolientos ojos miraron bajo largas pestañas a su padre de parto. — ¿Dónde está papá Zayn, papi?
Su cuerpo se puso rígido, y su respiración se quedó atorada en su pecho. Miró de reojo al alfa, notando que sus ojos habían cambiado de color, reconocimiento brillando en ellos.
Tenía que hacer algo para arreglar ésto, no podía permitir que Zayn se enterara sobre su paternidad. Menos de aquella forma.
Soltando una risita nerviosa, volvió su atención a su hijo.— ¿De qué hablas, cariño?
Ajeno a las intenciones de su padre, Halley respondió con más firmeza de la que habría querido. — Zayn es mi otro padre, mi alfa lo ha reconocido.
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Su mejor apuesta.
Short StoryZayn Malik y Harry Styles hacen una apuesta con sus amigos de llevarse a la cama y marcar a dos de los chicos más reservados de la Universidad. Cuándo Payne y Tomlinson se enteran de ello, se marchan de la cuidad a pesar de que saben las altas prob...