Diecisiete.

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Estacionando el auto a una distancia prudente, Harry echó un rápido vistazo a su alrededor, notando a las parejas -alfas con omegas, alfas con betas u omegas con betas- conversando entre ellos mientras esperan la hora de salida de sus hijos.

Chequeando la hora en su reloj de mano, salió del interior de su automóvil y caminó más cerca del alboroto: los niños comenzaban a salir, algunos haciendo una ordenada fila, dónde pudo ver entre ellos a los mellizos; mientras que los demás salían a empujones y desordenados y claro que , ahí estaba Kelly.

Siguió con los ojos a la tercia, que se encontraba hablando entre débiles gritos, esperando ver a un cálido omega, tal vez acompañado por su mejor amigo. Sin embargo, la realidad lo golpeó sin darle oportunidad de prevenirse.

Frente a él, estaba Louis, con su mejor sonrisa y ojos brillantes, feliz por ver nuevamente a los niños. Y justo a su lado, rodeando su delgada cintura, el alfa de ojos azules, Anwar Hadid, cargaba con cariño al pequeño con rizos idénticos a los suyos.

Molestia era una palabra muy pequeña para describir como su alfa se sentía, pero cuando comenzaba a caminar hacia ellos, sus propias palabras le golpearon, recordándole la expresión de dolor en el rostro del más pequeño. No fue consciente inmediatamente de las consecuencias, pero ahí, parado frente al niño que tanto él como su alfa reconocían como su hijo, viendo la gran sonrisa con hoyuelos incluidos, se dió cuenta de lo idiota que había sido. No tenía ningún derecho de interrumpir, por capricho, en sus vidas cuando ellos comenzaban a tomar rumbo; menos cuando él tenía ya una familia por la cual ver.

Tenía que dejar de ser egoísta, y permitirles a ambos seguir adelante, sin obstáculos.

...

Arrastrando los pies, caminó a su oficina sin prestar la mínima atención a los llamados de los empleados. Probablemente había alguna cosa en la que necesitaran de su presencia, pero si era honesto, no le importaba en absoluto.

Su animal interior se encontraba gruñendo desde el día anterior, cuando sus ojos notaron la escena feliz de lo que muy seguro sería una familia unida en un par de meses. No estaba de acuerdo en bajar los brazos para dar a su cachorro en bandeja de plata, pero era consciente que Anwar sería muy bien esa figura segura que a su hijo tanta falta le hacía.

Tan sumido estaba en sus pensamientos, que no escuchó los toques a su puerta, ni cuando ésta fué abierta por Zayn hasta que el moreno tomó asiento frente a él, del otro lado de su escritorio.

Poniéndose a la defensiva, cruzó los brazos y alzó una ceja en dirección a su amigo. — ¿Qué quieres?

Las oscuras cejas subieron en su frente, sorprendido.—¿Sucedió algo con Fionn o Lucas, o por qué tu mal humor?

No era buena idea empujar al hombre, él lo sabía. Aún así, no pudo evitar responder, tosco.— No vengas a aparentar que no te jode saber que tus primeros hijos nacieron fuera del emparejamiento.

Al no obtener respuesta alguna en los siguientes segundos, fijó su vista en los ojos pardos que lo miraban en shock. Se inclinó sobre la mesa, acercándose más a él para mirar de cerca la expresión asombrada.

—No es posible—el rizado murmuró, echándose hacia atrás con una pequeña sonrisa burlona—, así que Louis me soltó la bomba, pero Liam no te dijo ni una palabra.—Silbó, incrédulo. No iba a admitir que eso le provocó una opresión en el pecho; por más que quería creer que Louis le dijo sobre Kelly para no guardarle más la noticia, el que Zayn no supiera sobre los mellizos contaba una historia totalmente distinta.

Su mejor apuesta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora