Diez.

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Louis estaba por quedarse sin uñas de tanto que las ha estado mordiendo desde que dejó solo a Liam. Le preocupaba el desenlace que la charla en el interior de la habitación pudiera tener, y más aún, estaba preocupado porque su amigo tomara alguna decisión que le hiciera volver a sentirse mal. Sólo quería lo mejor para el castaño, pero no estaba seguro si eso significaba dejar al moreno atrás y seguir con su vida, o perdonarle para cumplir todas las promesas hechas en el pasado.

Su mente estaba dando bruscos giros, analizando con cuidado las consecuencias que tenía cada opción mientras cortaba con los dientes la uña del dedo meñique.

—Tantos años y aún mantienes esa horrible manía tuya.

El ojiazul dió un pequeño salto en su lugar, asustado por la gruesa voz que lo perseguía desde hace años. Giró levemente la cabeza y mantuvo sus ojos clavados en los verde esmeralda, mientras el rulozo se acercaba más a él.

No tenía caso mentir, si Harry estaba ahí era porque sabía sobre la existencia de Liam, sólo esperaba que ninguno se enterara sobre los niños. — Espero que no pretendieras que estuviera relajado cuándo mi mejor amigo está a solas con el alfa que le hizo tanto daño.

El más bajo cerró los ojos ante el suave toque en su mejilla. Harry miró al omega, y recordó la forma en que sus respiraciones fallaron con la primer mirada que cruzaron, cómo ambos corazones se sincronizaron luego de hacer por primera vez el amor, y la marca de una mordida que el castaño mostraba con orgullo luego de eso. Ahora estaba tan cambiado, ya no era el adolescente de diecisiete años que se dejó enamorar de un imbécil, ahora era un hombre con un pequeño niño a su cargo, capaz de defenderse como no pudo hacerlo siete años atrás. — ¿Cuánto daño les hemos hecho, Lou? — Su susurro fué como si clavaran una pequeña pero dolorosa espina en su mal reparado corazón.

Louis movió bruscamente la cabeza, haciendo que la mano del más grande cayera. — Eso fué hace mucho, lo hemos superado.

Harry apretó la mandíbula cuándo el recuerdo de un rizado más pequeño apareció en su mente. Según lo que entendió de cuándo habló con Zayn, los niños fueron fruto de otra relación fallida. — Y lo superaron muy pronto, ni tiempo nos dieron de extrañarlos cuándo ya estaban con alguien más.

El más bajo no podía creer la actitud que ambos alfas estaban tomando con ellos, era increíble que estuvieran celándolos cuándo ambos habían continuado con su vida, creyendo que los omegas con los que jugaron habían muerto. — Ambos son tan estúpidos. — Murmuró con amargura, y antes de que Harry pudiera decir algo, gruñidos comenzaron a salir de la habitación de enfrente.

Ambos se apresuraron a abrir la puerta e ingresar. Louis quería huir con sólo oler el fuerte aroma que desprendía del moreno, pero el rostro de miedo que el castaño tenía le dió valor. Se acercó a él, aprovechando que Harry sostenía a Zayn para evitar que se le lanzara encima. El ojiverde sabía que había una sola cosa que podía poner tan animal a su amigo, y era que el castaño lo rechazara.

— ¡Te dije que no debías alterarlo, Malik!

Harry apretó más su agarre cuándo el moreno hizo el gesto de querer acercarse a los omegas. — Amigo, debes tranquilizarte.

— ¡Me rechazó, Harry!

— ¿Y por eso le gruñes a mi amigo?, ¡si te rechazó es por algo, deja de hacer berrinches y mejor cuida de tu familia!

Liam sólo quería que se detuvieran, el dolor tan profundo que apareció en los orbes ámbar luego de ser rechazado perforó profundamente en él.

Una vocecita hizo que los cuatro miraran hacia la puerta, justo cuándo Cole la atravesaba corriendo en dirección al castaño, con los brazos abiertos y un puchero en sus labios. Se lanzó encima del castaño, sollozando en su pecho, a la vez que un pequeño rizado entraba, mirando ceñudo a los alfas ahí presentes.

La presencia de la niña hizo que el alfa del pelinegro dejara de gruñir, cambiando el fuerte aroma que desprendía por uno más suave. 

— ¿Qué sucede aquí, papá? — unos ojos verdosos con pequeñas pero rizadas pestañas enmarcadolod miraron al ojiazul con algo de duda y molestia, no le agradó en nada la escena que tenía enfrente; su tío Liam llorando con sentimiento, su papá gritándole a un alfa y el rizado, que no le caía ni un poco bien, deteniéndole.

Las piernas de Louis flaquearon, era increíble el gran parentesco que su hijo tenía con Harry, que aún le sorprendía que ninguno haya averiguado de su paternidad. — Tu tío Liam necesita descansar, cariño, vamos afuera.

Dejando pasar la explicación por el momento, Kelly miró a su prima, quien todavía se encontraba sollozando en el pecho de su padre. — Halley se quedó en casa. — Eso llamó la atención de todos los adultos, incluyendo a Liam — Está teniendo su primer celo.



Me costó horrores escribir el capítulo, y ni siquiera creo que haya quedado como quería.):

¿A ustedes qué les parece? xx

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