Cuarteto demonio.

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 Draco se  separó unos minutos después de que le haya correspondido el beso —el cual me podría haber ahogado antes que la maldita bañera esa— para mirarme como si fuera un fantasma.

—¿No estabas ahogada? ¿No habías muerto? —Empezó a taladrarme a base de preguntas sobre si era un espíritu o un fantasma o si estaba muerta.

Sonreí cuando empezó a pellizcarme los mofletes para comprobar que estaba viva,—estoy viva.

Suspiró con alivio, el cual duró muy poco porque en segundos su cara cambió de alivio a vergüenza, —¿me... —empezó a tartamudear mientras... No. Puede. Ser. ¡SE HA PUESTO ROJO! —...me has escuchado cuando, —suspiró mientras yo seguía sorprendida porque la antigua cara pálida de Draco ahora es de un tono carmesí muy tierno,—cuando he dicho eso?

—¿Decir el qué?

—Eso...—apartó la mirada clavándola en cualquier sitio que no fuera yo.

—Yo también te quiero, Manzanitas.—Él me miró anonadado sin entender nada.

Como no sea eso me tiro de un precipicio.

¿Eh?

—Antes, dijiste que me querías, —empecé a murmurar bajando la voz por cada palabra que decía— yo he escuchado eso.

—Sí, es decir, sí he dicho eso, pero, no entiendo lo que me has dicho...

—¿Qué también te quiero? —Pregunté divertida por su cara de desconcierto.

—Sí, eso no lo entiendo, ¿me quieres?

—Te quiero Draco...

Miré esos ojos grises tan bonitos que me dieron envidia desde un principio y segundos más tarde acorté el espacio que distanciaba nuestras bocas para luego unirlas en un cálido y suave beso corto.

El reaccionó y me siguió el beso agarrándome de la cintura y acto seguido puse yo mis manos en su rubio platinado pelo que atrajo mi atención desde el orfanato.

Todo iba perfecto, parecía que era un beso de ensueño, nadie nos podría arrebatar nuestro momento...

Nos separamos de golpe al escuchar la puerta abrirse de golpe y casi tiro a Draco a la bañera del empujón que le di al escuchar las voces de mis hermanos buscarme como locos desquiciados.

—¡Princesa! ¿Dónde coño se ha metido esta niña? — Oí a Mattheo cabreado y me planteé tirarme a la bañera y ahogarme de verdad.

—Ni te atrevas a esconderte y dejarme solo con el demonio en persona enana.—Draco me agarró del brazo con una sonrisa divertida cuando pasé a su lado para tirarme.

Al ver sus intenciones traté de escaparme de su agarre sin éxito alguno,—Draco Lucius Malfoy Black, que ni se te ocurra...

—¡TOM! ¡MATTHEO! ¡LA HE PILLADO! —A esto, queridos niños, se le llama traición.

Los chicos se acercaron corriendo mientras yo seguía intentando saltar en la bañera.
Cuando llegaron a nosotros di por perdida la batalla.

—¡T/n Jennifer Riddle Lestrange! ¿¡Cómo se te ocurre desaparecer así de un momento para otro y además dejándonos a todos con el maldito asco al que tu llamas novio!? —Espetó Mattheo a un nivel de ira imposible de superar.

Al decir la última palabra noté como el cuerpo entero se tensó menos el brazo en el que me mantenía para que no me escapase con fuerza pero no la suficiente como para hacerme daño.

T/n ¿Granger?	~Draco Malfoy~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora