Se respira amor

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Capitulo 14.

Hace un par de días, me empezé a dar cuenta de algo, estaba queriendo más a Austin, no como amigos como algo más pero me desmotivaba el pensar que yo a él no le gustará. Sonó mi celular y me había llevado un gran susto, era una llamada de Austin.

Antes de contestar festeje por que me había hablado:

-¿Bueno? - dije sonriendo.

-Hola Becky... - dijo Austin del otro lado de la linea.

-Hola Austin - dije sin quitar aquella sonrisa cursi.

-¿Cómo estás? - dijo Austin.

-Muy bien y ¿Tú? - dije - ¿A qué viene tu llamada?

-Pues para platicar contigo - dijo - ¿Estás ocupada?

-No, claro que no ¿Por qué? - dije riendo.

-¿Qué te parece si vamos a la plaza? - dijo Austin.

Tapé la bocina de mi celular y grite en silencio de la emoción, antes de contestar.

-Claro, me parece buena idea, te espero en mi casa - dije sonriendo.

-Grandioso - dijo Austin emcionado - Paso por ti en 1 hora ¿Te parecé?

-Me parecé - dije  aun sonriendo.

-No me despidó - dijo Austin.

-Claro, nos vemos - dije y colgé.

Al colgar decidí darme una ducha rápida; me dirigí a mi cuarto, busqué lo que me iba a poner para salir, al saber lo que me pondría me dirigí al baño y me duché.

Al terminar, salí del baño y me arreglé, me puse mis supras blancos y me dirigí al espejo para peinarme de una trenza, la cual empezaba de mi lado derecho y terminaba de el lado izquierdo. Sin darme cuenta ya había pasado la hora y yo aun seguía arreglandome.

¡Becky, ya llegó Austin! - grito mi mamá desde las escaleras.

Ya estoy lista - dije saliendo de mi cuarto.

No podía creer lo que veía, Austin se veía más guapo de lo acostumbrado.

Hola - dije con una delicada sonrisa.

Narra Austin.

Llegué a casa de Becky y su mam´pa abrió la purta se notaba algo seria y triste.

Hola señora, benas tardes - dije sonriendo.

Hola Austin, dime Hanna - dijo sonriendo, la cual se veía fingida - Pasate.

Gracias - dije cruzando la puerta.

Toma asiento - dijo Hanna seria.

¿Le puedo hacer una pregunta y no se molesta? - dije serio mientras me sentaba.

Claro, dime - dijo Hanna aun con dicha sonrisa fingida.

¿Beky sigue sin perdonar a su papá? - dije aun serio.

Ay Austin, se que aun le duele pero no me ha dado oportunidad de decirle el por que fingí su muerte - dijo Hanna borrando esa sonrisa.

Ella me platico que ya habían hablado - dije confundido.

No es así - dijo Hanna seria - Ella dijo que me iba a hablar como siempre, pero que jamás me iba a perdonar lo de su papá.

Lo siento, le tengo tanto apreció a usted, pero un hijo necesita de ambos; del papá y de la mamá, ella tuvo a su papá siempre y él por un u otra cosa se alejo, pero de lejos tuvo que apoyarla.. Ella no sabe, nunca le dije; yo de pequeño perdí a mi papá y mi mamá m lo contó cuando era aun chico yo sufrí pero sabía que él me cuidaría y yo gracias a dios, no me desvié de mi camino, pero yo siento que Becky lo hará, por que creció con una mentira - dije serio mientras me ponía de pie - Debe pasar más tiempo para que Becky acepté a su papá y la perdoné a usted.

Gracias Austin, espero que terminé aceptandolo - dijo Hanna aun seria.

También él debe hacerlo lentamente, ganarse su confianza, su cariño - dije sonriendo.

Gracias, deja gritarle a Becky - dijo Hanna mientras se dirigía a las escaleras.

Si, no se preocupe - dije aun sonriendo.

¡Becky, ya llegó Austin! - gritó Hanna.

Ya estoy lista - se escuchó a lo lejos mientras se abría la puerta.

Al ver salir a Becky de su cuarto había quedado en shock por unos minutos creí que me encontraba en el cielo. Se veía hermosa con su pantalon entuvado, su blusa de hombliguera y con sus supras blancos.

Hola - dijo Becky con una dulce sonrisa.

Hola - dije saliendo de mis pensamientos.

¿Nos vamos? - dijo Becky sin quitar aquella sonrisa.

Claro, vamos - dije sin poder creer lo hermosa que se veía.

Adiós mamá - dijo Becky seria sin mirar a Hanna.

Adiós Señora Hanna - dije sonriendo.

Ambos salimos de su casa y nos dirigimos a mi camioneta, al estar ahí abrí la puerta del copiloto para que pudiese entrar Becky en ella; cuando Becky ya se encontraba dentro cerré la puerta, di la vuelta por enfrente de la camioneta y entre en ella, encendí la camioneta y me dirigí a la plaza.

Las personas con manos frias tienen un corazon calido.[Becstin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora