pag 30

2 2 0
                                    

Por eso, la casa era por dentro siempre un lugar sombrio, que protegua de los calorazos y el sol fuerte de afuera Una serie de tabiques dividia las habitaciones de cada familia En materia de muebles, no usaban mesas, pero eran tipicos unos banquitos de cuatro patas hechos en un solo pedazo de madera y frecuentemente con alguna decoración en forma de animal para descansar, habia hamacas de algodon o fibra de caraguata (una planta pinchuda también conocida como "chaguar" o "pita") La mayoria de la comida, herramientas y otras cosas se guardaban en estantes o armazones tejidas, colgadas del techo para que no los agarraran las hormigas ni los ratones. Algunos alimentos también se colgaban del techo con ganchos de madera. Cada matrimonio tenia su propio fogón para cocinar, después de encender el fuego con dos palitos, haciendo girar de punta uno de ellos sobre el otro. Además, en época de invierno, el fogón servia de calefacción en la noche, para lo cual la gente se acostaba en el suelo, alrededor de el, sobre hojas de palmera y con los pies hacia las brasas. Era también el lugar por excelencia para reunirse a conversar, contar cuentos y hablar de las tradiciones. En cada habitación o sector familiar de la vivienda estaban ademas los utensilios de cocina: las ollas de cerámica: los recipientes de calabaza; los platos, las cucharas y los cucharones de madera; los morteros de tronco ahuecado para hacer harina y los cernidores para tamizarla, los cuchillos de caña, notablemente filosos, y los de hierro conseguidos de los españoles o criollos. Las grandes casas no estaban aisladas, sino agrupadas en aldeas. generalmente de a ocho, alrededor de una plaza cuadrada Este era un gran lugar despejado donde todos se reunian para hacer las ceremonias y fiestas. Cada aldea estaba fortificada: para dificultar ataques de enemigos y tambien las desagradables visitas de los yaguaretés, las rodeaban empalizadas y fosos, dentro de los cuales habia lanzas o palos afilados clavados (con la punta para arriba, se entiende): el que se cata ahi, ¡pobrecito!

Los GuaraniesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora