Los Guaranies

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hijos, a nuestras hijas, tenemos que levantar escuelas, es necesano tambien que nos provean de remedios, para mantenernos vigotoses para que vivamos sanos, Esas estas cosas, el gobierno tiene que dar nos Y nosotros tenemos que pedirlas de tal manera que ellos puedas damoslas. Nosotros, los que vivimos en el Brasil, los guaranies, vamos una y otra vez junto al gobierno, para que nos garantice nuestro sitio la tierra, el lugar en que vivimos. Ellos no nos quieren dar, nos engeñan una y otra vez, ininterrumpidamente. Es necesario ya que nosotros adquiramos fortaleza, nosotros, los jóvenes es necesario que saquen que adquieran conocimientos, para que se sientan fuentes. [..] No des fallezcan frente a los cristianos, que no pueden doblegarlos. Y asi sera indiscutible, vamos a tener garantias [..] No podemos vivir amedren tados, no sean temerosos, en cuanto seamos víctimas del miedo ellos podrán derrotaros Ellos no se sienten atemonzados delante de noso tros, y nos desposeen de nuestras tierras, de nuestros emplazamientos y de nuestras existencias imperfectas (se refiere a la vida terrenal]. [-] No se acobarden ante ellos, hagan crecer sus fuerzas, ya hemos pasado por demasiados padecimientos, ellos usurpan todos nuestros asenta mientos, nuestras tierras, y para nosotros son los sufrimientos en don de estuviéremos, ellos nos desposeen de todo. [...] Nosotros, a nosotros nos la dio nuestro Tupá, Nuestro-Dios, Namandú, el que nos ilumina, nos dio alguna vez la tierra. Es por eso que nosotros debemos levan tamos, fortalecernos, para que sigamos viviendo en nuestros lugares. en nuestras tierras. Nada más les he de decir. En nombre de todos los linajes, voy a dejar aqui mis palabras para que las escuchen.

" (Tomado del articulo "Marçal de Souza Nemoe'e tywy ha tyke yra guaran Missoneyguape (Argentina)", publicado en el Suplemento Antropologian, vol. XXXIII. N 2 pags 181-200, Asunción, Universidad Catolica, 1988) Después de esas palabras, Marçal de Souza vivió de un año; el 25 de noviembre de 1983 fue asesinado, poco más aparentemente por orden de un hacendado brasileño con intereses sobre tierras reclamadas para los indígenas.