Que se haga justicia

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Los tuvichas hacian de jueces en las discusiones entre gente de los linajes; las ofensas solian arreglarse pagando una compensación. Pero aquí también metían su cuchara los payés, porque cuando habia, por ejemplo, un robo y no se sabia quién era el culpable, ellos se ocupaban de adivinarlo: tocaban el pecho de los sospechosos y según la marca que dejaban sus dedos decidían quién había sido el sinvergüenza. Pero los problemas no siempre eran por un zapallo robado o un adorno de plumas desaparecido; cuando había una pelea con muerte, la cosa era muy seria. Los parientes del homicida podian apurarse a parar la venganza ofreciendo una buena indemnización a los familiares del muerto; si no, estos -con ayuda de todos sus parientes políticos- atacarían al linaje del asesino.

Los GuaraniesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora