Arrogancia

28| limar asperezas

Había venido al edificio para aclarar mis ideas, no pensé que bright se aparecería por aquí.

- por favor... Perdoname.
Te juro que no correspondí...

Ah, creo que ya sé porque está tan afanado.

Alguna vez hablando le dije que nunca perdono las infidelidades.

- por favor.. di algo...

¿Qué puedo decirte?

Apretó su agarre en mi camisa.

- ¿Qué quieres que te diga?

-... ¿Qué piensas?, Di lo que sientas...

- te lo advertí, te dije que él buscaba algo más contigo y no quisiste creerme.
Si él te besó fue porque tú le diste alas.

- yo sé que me lo advertiste, perdón por no escucharte... Tenías razón. Pero nunca le dí motivos para que se quisiera sobrepasar conmigo.

- solo tenías que tomar distancia bright, sólo eso y nada de esto hubiera pasado.

- ya lo sé, fui un estúpido, pero mis intenciones nunca fueron éstas... Yo jamás imaginé que él haría esto... No pensé que malinterpretaría mis acciones... Pensé que tenía muy claro que sólo éramos amigos... No me des más duro, yo sé que me equivoqué y por eso te pido que me perdones.

Suspiré.

Me despegué del barandal y me di la vuelta.

Bright soltó su agarre y se quedó mirando cada uno de mis movimientos.

Me senté en el suelo y le hice señas para que hiciera lo mismo.

- bueno entonces ¿Cómo fueron las cosas?, ¿En qué pensabas cuando dejaste que te besara?

- yo no sabía que iba a besarme... Confíe en él cuando me dijo que cerrara los ojos, que no sería nada malo...
Tú una vez me preguntáste que haría si fuera verdad lo que tú decías... Me alejaré de él, si es necesario me cambiaré a otro hospital con tal de no tenerlo cerca.

- está bien. Puedes hacer lo que quieras.

Me miró asustado.

- ¿Qué.. que quieres decir con eso?

- que puedes hacer lo que quieras, si quieres seguir siendo su amigo hazlo, si no quieres ser su amigo no lo seas, yo no voy a intentar detenerte, ya aprendí la lección.

Sus ojos se hicieron cristalinos.
Voltee a mirar a otro lado, no me gusta ver a bright llorar.

- ¿Me estás ter-terminando?

-... No.

Se está haciendo de noche.
No hablamos por un buen rato hasta que decidí que ya era hora de irse.

Saqué las llaves del auto y se las di a bright.

- ¿Quieres que maneje? - preguntó confundido.

- si, ya es tarde es mejor que te vayas.

- ¿Y tú?

- yo me quedo aquí.

Dije para después acostarme en el piso y darle la espalda.

No escuché más nada por un momento, supongo que ya se fue.

Duré varios minutos tratando de dormir pero no podía, cambié mi posición para quedar boca arriba y dormir viendo las estrellas que desde aquí son hermosas.