Capítulo 02

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico en Amazon. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo en Patreon.com/chispasrojas.


Capítulo 2. Una gran pecera

—Déjame entrar. Necesito ver algo.

Esa fue la única respuesta que Seokjin recibió la mañana que le ofreció una contratación profesional a Jungkook. El hombre dudó brevemente, reflexionando sobre si era seguro permitir que entrase un desconocido. Si aceptó, sólo fue por la asombrosa determinación de sus ojos.

—¿Vas a dejarme un neopreno, o tendré que entrar en jeans? —preguntó el más joven mientras se dirigían al ascensor.

—¿De verdad estás dispuesto a hacerlo? —Seokjin sonrió con incredulidad—. Estás completamente chiflado.

El pelinegro se humedeció los labios.

—Quiero tomar la decisión correcta —contestó.

Seokjin accedió por intuición, atravesaron el pasillo cilíndrico y llegaron al diminuto rellano del ascensor. Lo tomaron en silencio, y subieron hasta la sala situada sobre la superficie del acuario. Era la primera vez que llevaba a alguien más hasta allí.

Jungkook pudo ver que la sala no era muy grande, pero constaba de un pequeño almacén con lo necesario para cuidar de criaturas acuáticas; equipo médico útil, botiquines, ropa doblada de recambio, comida humana en un refrigerador de cristal, como refrescos y snacks, y un estante con accesorios para el buceo. Además, habían colocado una pequeña mesa de café y un sillón de cuero de dos plazas.

El pelinegro dejó su bolso deportivo y esperó de brazos cruzados, atisbando lo que debía ser la puerta bloqueada de entrada al acuario. Seokjin entró en el cuarto de baño, la curiosidad de Jungkook le hizo asomarse, comprobando el baño contiguo con un par de duchas, y una taquilla de donde su acompañante sacó una toalla de algodón. Se la ofreció sin dilación, constatando la expresión de su rostro.

—No tenemos trajes de baño. Tendrás que arruinar tu ropa —el agarre de sus dedos se pronunció cuando el joven agarró la toalla—. Jungkook, una cosa; recuerda que no vas a visitar a un pingüino. Y ni se te ocurra meterte en el agua a la primera, o lo lamentarás. Está irascible desde hace unos días, y no creo que le guste ver a alguien nuevo en su territor-

—Gracias por el consejo —interrumpió Jungkook, llevándose la toalla de un imprevisto tirón—. Pero vosotros sois los que le habéis enojado. Dime una cosa, ¿cuánto tiempo lleva aquí exactamente?

Seokjin siguió sus pasos, haciendo cuentas mentales.

—¿Un mes? ¿algo más? Creo que fueron... cinco semanas —vaciló lentamente—. Treinta y ocho días, si no me equivoco.

El joven se desprendió de su camisa de cuadros, quedándose en manga corta. Seguidamente se descalzó, dejando a un lado sus Mustang de color mostaza.

—¿Quién más le ha visto? —preguntó.

—El señor Kim viene a verle de vez en cuando —comentó el castaño—. No hay más que decir, no está feliz con sus visitas. Hace tiempo que dejó de comunicarse, si es que alguna vez lo ha hecho, porque, no creo que...

—¿No crees que, qué?

—Que hable.

—Hmnh —Jungkook se movió hacia la puerta enérgicamente y tiró de la manija. Estaba bloqueada, por lo que giró la cabeza en su dirección, con cierta impaciencia.

Blue Tail ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora