*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico en Amazon. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo en Patreon.com/chispasrojas.
Capítulo 9. Un plan sin cabos sueltos
Un día más tarde.
Una hora de footing por la playa, una ducha templada y varios aperitivos hicieron que Jungkook terminase tumbándose sobre su cama con los auriculares de su teléfono insertados en las orejas.
Una vieja melodía de Looking Glass resonaba desde su playlist. De cada uno de sus lóbulos, colgaba un par de aritos plateados de los que siempre se deshacía antes de dirigirse a cualquiera de sus jornadas laborales. Toqueteó uno distraídamente con el pulgar. En esa ocasión se los puso por costumbre, y con la capucha de la sudadera sobre su cabeza, se sintió como si el monzón que se aproximaba a la isla trajese un breve otoño en mitad de aquel cálido verano de Geoje.
El cielo se encontraba gris, hacía algo de viento, tanto que, desde su ventana podía apoyarse junto al cristal y observar cómo las suaves olas se encrespaban como la cresta de un gallo.
La música de sus auriculares tranquilizaba su inexplicable desasosiego; preocupación por el estúpido encontronazo que tuvo con Kim, por Seokjin y que no supiera manejar las cosas, por liberar a Taehyung y... por la inevitable forma de extrañarle que surgió en su pecho. Yoongi apareció en el marco de la puerta, observándole bajo el velo gris que asomaba desde su ventana. Jungkook ni siquiera le miró, la música que desprendía la letanía del tono de sus auriculares le sumió en una burbuja distante.
Yoongi entró en su dormitorio, se tumbó a su lado empujándole con uno de sus hombros para que le dejase algo de espacio y recibió una mirada de soslayo poco interesante. Desconsideradamente, arrancó el auricular izquierdo de su oreja y se lo colocó en el oído derecho.
—Creo que me he cargado una lámina de madera en la clase de bricolaje —comentó con tono neutro—. Pero lo he dejado como si eso ya estuviera así antes de que yo llegase. Soy un genio, ¿verdad?
Jungkook se quedó en silencio, con sus iris perdidos en el techo, exhaló una débil sonrisa. Yoongi alzó la cabeza un poco y le miró con el ceño fruncido.
—¿Qué has hecho tú?
—Estuve en el acuario —contestó Jungkook sin más relevancia.
—Oh, claro. El acuario.
—¿Qué tal tu día, hyung? —prosiguió el azabache, como si no le hubiera escuchado.
—Mejor que el tuyo, parece —consideró Yoongi con voz ronca—. ¿Qué tal si pedimos una pizza? Tenemos que acabar con el sarcófago de Blancanieves. No queda mucho, hay que atornillar las bisagras.
—Que sean dos —aceptó Jungkook pacíficamente, giró la cabeza y contempló su perfil unos instantes—. Si quieres, te la sujeto mientras atornillas.
—Dime que te refieres a mi porción de pizza—Yoongi se sacudió con un repentino escalofrío—. Porque podríamos comenzar a sacar esa frase de contexto.
Jungkook soltó una risita despreocupada. Después de todo, pidieron una de pollo a la barbacoa y otra de cuatro quesos. Estuvieron trabajando en la caja de madera y cristal hasta tarde. Jungkook terminó comiéndose el setenta por ciento de los trozos mientras Yoongi montaba las piezas y él hacía de sujeción.
—¿Se saldrá el agua de eso?
—Nah, le eché una masilla en las juntas —expresó Yoongi con seguridad, después se mordisqueó la lengua, salió al porche a por un cubo que rellenó de agua con una manguera, y lo comprobó derramando todo su contenido en el interior para cerciorarse—. Veamos.
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Blue Tail ⋆ Kookv [Chispasrojas]
FanfictionLibro publicado en físico en Amazon [⋆] Cuando le conoció, supo que su corazón estaba perdido; sus ojos eran salvajes e irreales. Su piel, como la fina y brillante arena bajo la espuma de verano. Un cabello comparable a la costa del mar turquesa de...