*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico en Amazon. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo en Patreon.com/chispasrojas
Capítulo 18. Entre mar y tierra
Taehyung llevaba meses sin nadar en mar abierto; y no había nada como eso. Su cola libre y musculosa ondeando, su rápido y grácil nado, permitiéndole atravesar grandes distancias fácilmente. El cabello ingrávido, la sal acariciando su piel e hidratando sus músculos, sin cansancio. Su primer amor, el mar. Azul, de profundas aguas oscuras y cristalinas, donde los secretos y susurros de las criaturas tomaban forma en la bruma de la superficie y en las corrientes más profundas. El silencio de las profundidades meciéndole, los animales moviéndose libremente. Nadó entre los bancos de peces como uno más, y cada una de las joyas del mar rozaron su cola; plantas, flores, rocas, algas y arrecifes tan espolvoreados de colores como una paleta de pinturas.
Sus dedos nunca se arrugaban, su corazón aletargaba un pálpito lento y casi apagado. Sus branquias le proporcionaron el oxígeno necesario y mientras volvía a sentir aquella profunda y excelsa libertad refrescando su alma, se sintió tan feliz, que pensó que había vuelto a casa. Sólo que su casa no tenía paredes y recubría dos tercios de la corteza terrestre.
En un atisbo de consciencia humana, pensó en Jungkook. Sí. Él era esa orilla a la que deseaba regresar.
Jimin nadó a su lado, señaló con un dedo para indicarle algo. A una decena de metros, pudieron verlo. Nadaron kilómetros para llegar hasta allí, se sumergieron tanto que no llegaban los rayos de luz del astro solar. Puede que incluso no estuviesen en las horas solares, pues el agua era tan densa, profunda y oscura que no se veía nada. Los dos se deslizaron en las aguas con un plácido y pacífico movimiento de cola.
Taehyung vio la grieta, la corriente cálida llegó hasta él como el líquido de un suero amniótico que una vez le creó como un ser pequeño e inconsciente. Sumergiéndose entre la escarpada ladera marina, se acercaron tanto como pudieron, hasta que la presión se volvió demasiado fuerte y tuvieron que agarrarse al saliente de uno de los lados. Jimin sacó la caracola, la precipitó hacia la grieta y la presión la sostuvo ingrávida. Los filamentos comenzaron a sacudirse, los dos escucharon el mismo grito; un chillido agudo y extraño. La caracola moldeándose, comprimiéndose, fracturándose en mil pedazos. Los trozos siendo succionados hacia la oscuridad, sin compasión.
Jimin agarró su mano, observaron hasta la última pieza de un arma mortal creada para matarles. Cuando desapareció, se miraron. Tae tiró de su mano, los segundos pasaron y decidieron alejarse. Aquel lugar estaba demasiado profundo, el ronco sonido de las profundidades erizaba su piel y duras escamas. Era un lugar donde nadie se acercaba. Los dos se marcharon con suaves movimientos de cola, un grave mugido les hizo levantar la cabeza. A muchos metros, sobre ellos, una gigante ballena surcó las aguas, seguida de cientos de peces que carroñaban el plancton y los diminutos seres que escapaban de su enorme boca.
La sirena azul indicó con el dedo, subieron lentamente, pasando junto a la ballena. Abandonaron las profundidades para nadar a su gusto, dirigiéndose poco a poco hacia una zona más superficial. Su hermana desapareció un instante, y cuando regresó, agarró el antebrazo de Taehyung y tiró de él para que le acompañase. La superficie estaba despejada, oscura, iluminada por una preciosa luna creciente con miles de estrellas centelleando sobre sus cabezas. Delfines saltando entre las suaves olas a unos kilómetros de la orilla más cercana.
—Mira todo eso —señaló Jimin con una sonrisa.
—Vamos con ellos.
Taehyung se sumergió, nadó hacia los delfines, y se unió a las pacíficas criaturas. Jugaron con ellas casi toda la noche. Saltaban sobre las olas, se impulsaban para hacerlo más rápido, con más clase y una hermosa gracilidad. Los juegos eran una cosa que apasionaban a las sirenas; las competiciones de salto, de velocidad, de escondites.
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Blue Tail ⋆ Kookv [Chispasrojas]
FanfictionLibro publicado en físico en Amazon [⋆] Cuando le conoció, supo que su corazón estaba perdido; sus ojos eran salvajes e irreales. Su piel, como la fina y brillante arena bajo la espuma de verano. Un cabello comparable a la costa del mar turquesa de...