Capítulo 03

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*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico en Amazon. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo en Patreon.com/chispasrojas.


Capítulo 3. Enredo marino

Esa noche Jungkook soñó con diversas formas de ahogarse. La gama de pesadillas tocó todos los palos a su alcance, desde la desembocadura de una de las piscinas tragándole como si fuera un desagüe, hasta él asfixiándose con un café demasiado aguado. En su última pesadilla, unos labios desconocidos le insuflaron oxígeno cuando estaba a punto de asfixiarse, una extraña quemazón se esparció por su pecho, se vio arrastrado hacia una mullida orilla de arena clara, donde su oído disfrutó de una dulce, rica y profunda voz entonando una melodía.

Se despertó de madrugada, con la nuca empapada y el cabello como un nido de pájaros. «Quién diría que lo que había vivido le afectaría tanto».

El joven se levantó de la cama y se metió en la ducha. Instantes después salió renovado, se enfundó en una camisa blanca y ancha, pantalón vaquero ajustado y unos sencillos tenis. Recogió su dormitorio y comprobó el teléfono antes de partir en dirección a su nuevo trabajo, aún era temprano, pero Seokjin le había escrito diciéndole que ya tenía su credencial y le esperaría en la zona trasera del complejo. Él agarró su mono de neopreno doblado, lo metió en la bolsa y se la echó al hombro sin dilación. Salió de casa para tomar el tren y bajó en el complejo turístico que envolvía al acuario. Como no había desayunado, se pidió un batido de helado de plátano en uno de los puestos móviles, lo sorbió en dirección a la zona del muelle trasero por la que Seokjin le orientó.

Había una zona de carga y descarga de comida fresca, productos de limpieza, y otros enseres. Jungkook se colocó por una de las puertas de las naves, no tan bonitas y vistosas como la zona preparada para los grupos de turistas. Entró por uno de los compartimentos de carga, avanzó dentro del edificio y encontró a Seokjin esperándole.

—Aquí estás —emitió con una agradable sonrisa, vestido con blazer beige y una distinguida elegancia—. Gozas de buena orientación, eso es muy positivo.

—Hm, buenos días —saludó Jungkook.

—¿Qué hay? ¿Has pensado bien lo que...?

—Quería preguntarte algo —intervino Jungkook, mientras el otro sacaba la credencial del bolsillo interior de su chaqueta, y se la ofrecía—. ¿Qué se supone que debería... hacer con...?

—¿Él? Vale, ehmn —suspiró Seokjin, con un leve fruncimiento de cejas—. Creo que estoy tan perdido como tú.

—Oh, genial —pronunció el azabache con sarcasmo—. Está bien, me las arreglaré de alguna forma. Nos vemos más tarde.

—Escucha, lo único que quiero es que le saques una sonrisa, ¿vale? —argumentó de forma muy estúpida—. El señor Kim está muy frustrado, sólo necesito que cuando regrese a Corea y venga a verla, no intente partir la aleación de cristal frente a su cara, con la cola.

Jungkook le miró con una tremenda dosis de sarcasmo.

—Claro, le pediré una selfie de paso —arrojó hirientemente—. ¿Qué tal si también le obligo a que escriba «con dedicatoria especial, para mi amo?» Seguro que estará encantada de saludar al tipo que le ha metido ahí dentro.

Seokjin apretó los dientes y bajó la cabeza. Los dos se separaron no mucho después, pues el azabache se dirigió a la zona privada donde pudo entrar con su tarjeta y Seokjin se marchó para atender a unas cuantas de sus labores como encargado del complejo.

Blue Tail ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora