Capítulo 05

24.1K 3.4K 5.2K
                                    

*Historia creada/escrita por Chispasrojas [Beatriz Ruiz Sánchez]. Libro publicado en formato físico en Amazon. Si quieres apoyar a la autora, puedes encontrar contenido exclusivo en Patreon.com/chispasrojas.

Capítulo 5. Promesas de sirena

Tenía suerte de que Seokjin no le conociese demasiado todavía, porque, si hubiese sabido que Jeon Jungkook era demasiado obstinado para no aceptar un no por respuesta, jamás le hubiese metido en aquel embrollo. Aún no sabía cómo iba a hacerlo, pero lo que sí sabía es que ayudaría a Taehyung a sobrevivir. Y mientras tanto, a pasar el rato en aquella cárcel (no reconocida oficialmente por el estado de Corea) de cristal.

Llegó a la tarde siguiente al acuario, justo después de la hora del almuerzo. Dejó su mochila con sus pertenencias en la sala y se embutió en su traje de neopreno sin demoras. Subió la cremallera plateada hasta el cuello, cuyo borde llegaba justo por debajo de su nuez. El exterior de la sala siempre era húmedo, algo más fresco por el sistema de ventilación y el riego constante de agua salada que purificaba sus aguas. Se introdujo en el líquido lentamente, nadando de espaldas hasta acostumbrarse a la fría temperatura. Flotó unos instantes, cerrando los ojos. Cuando abrió los párpados, contempló el hermoso mar abierto frente al acuario.

«Un cristal ultrarresistente, irrompible», la voz de Seokjin resonó en sus oídos.

«Tendría que buscar otra alternativa si quería sacarle de allí», pensó el azabache. «Romper una capa de aleación de granito y no-sé-qué más no estaba en sus opciones».

Una sacudida de burbujas acarició su costado, él giró la cabeza y vio pasar una sombra conocida. En su rostro se dibujó una sonrisa, infló sus pulmones y se sumergió para seguir el destello celeste de la cola de Taehyung. Pasó entre las ramas de corales naturales del arrecife, siguiendo su estela. Taehyung se giró felizmente tras la paleta salpicada de corales de colores, con unos apasionantes iris que chispearon al volver a verle.

«¿Le gustaba tenerle allí?», se preguntó Jungkook con un pálpito especial.

Taehyung no sólo tenía mejor aspecto, sino que lucía con más ánimo y se deslizaba hacia el fondo con agilidad y desgarbo, entre las algas, levantando la brillante arena y las pequeñas piedras pulidas del fondo. Con una poderosa sacudida de cola que le impulsaba con asombrosa facilidad, le hizo sentir que jamás podría alcanzarle.

Jungkook no podía describir la maravillosa sensación de contemplarle. Su cola era ágil, esbelta y musculosa. Si hubiera podido medirla, probablemente poseía una mayor longitud que la de sus propias piernas. Su cabello cobalto le hacía justicia al fondo marino, donde la presión del agua era más intensa. Y en esa ocasión, Taehyung parecía haber tejido algún tipo de diadema trenzada a mano con finas hebras de plantas marinas, que adornó con piedrecitas, recogiendo sus mechones de cabello hacia atrás.

«¿No era la criatura más hermosa y creativa que jamás había conocido?».

El azabache ascendió lentamente, pasó por encima de Taehyung proyectando una sombra sobre él. La sirena volteó sobre sí misma, dirigiéndole unos finos ojos rasgados colmados de curiosidad y encanto.

«¿Qué tanto miras?», pareció preguntarle.

Jungkook estaba simplemente pasmado con su sublime preciosidad. Diría que esa tarde, advirtió que tenía una nueva debilidad. Sólo que su debilidad era «tremendamente especial».

La sirena nadó un par de metros bajo él, alzando la mirada. A Jungkook se le hubiera caído la baba de no ser porque ya estaban introducidos en agua. Sin embargo, su estupidez alcanzó una nueva frontera cuando su cabeza chocó con un trozo de arrecife. Se pegó tal golpe, que se le escaparon las últimas burbujas de oxígeno que sus pulmones contenían.

Blue Tail ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora