Otptober SasuNaruSasu

Paraiso

El bosque de las Islas de Esmeralda eran bellezas enigmáticas que nadie podía negar, repletas de árboles frondosos y más grandes que cualquier nube, aguas tan cristalinas y frescas como el sorbo de un elixir prohibido e inexplicadamente misteriosas como las criaturas que la habitan.

lindas ninfas eran las que se escondían entre las copas de los árboles, ondinas que resguardaban un rio o lago y hadas que protegían a los árboles y flores exóticas.

La coexistencia con razas era primordial, de esa manera nadie podía entrar en conflicto con otras y con un pequeño acuerdo es que todos convivían a expensas de no molestarse mutuamente.

En especial, los elfos guerreros de la tribu de orejas largas eran seres exploradores. Viajaban de un lado a otro en busca de conocimiento, vigilando las fronteras de todas las especies como meros cuidadores y protegiéndolos de que humanos y seres no deseados se adentraran en sus territorios.

Sasuke Uchiha era un elfo guerrero, más específicamente de familiares mágicos y parte del famoso Clan Uchiha.

Al ser un elfo de renombre su condición le obligaba a ser un ser valiente, elegante y demasiado cuidadosos con lo que se encontrara e imponente con sus enemigos a la hora de la batalla.

Era Intrépido, orgulloso y gallardo a la hora de enarbolar su arco con maestría.

Se mentiría en su propia aldea y familia si no es que era el más agraciado de todos los hijos dentro del Clan.

Tan alto como un árbol de roble, con la piel pálida cual joya de plata, de orejas largas tímidas y bellas, cabello negruzco como el carbón propias de su linaje, ojos rojos cuando aplicaba algún hechizo mágico y con el carácter más estricto de todos los elfos. Nadie soportaba su mal genio, ni siquiera su propia madre.

La mayoría de las féminas que le veían esperaban ganar su atención o al menos visitarse entre la oscuridad de la noche en una romántica salida a la luz de la luna, prometerse bajo el encanto de el árbol de la vida una vida llena de dichas y ganar su afecto para lograr una familia amorosa.

Mencionar solo su libertad era como invocar al principal tesoro del bosque. No había quien lo atara a quedarse a un solo lugar o que dejara de salir a conocer el mundo que quería descubrir.

Fue entrenado por uno de los mejores emblemas de su división; Su hermano.

Ese elfo que hacía mucho había partido de su casa en búsqueda de respuestas a la vida y de algo que le hiciera sentir la razón del porque existía.

A pesar de las obligaciones que tenia con medio bosque, se le permitía dejar estas responsabilidades por algún tiempo. Para que disfrutara de su vida libre de ataduras y entrenara más.

Sasuke conocía al bosque y la mayoría de la isla como la palma de su mano, no había lugar que él desde infante no haya explorado con minuciosidad. Jamás había ruina o cueva que el no se expusiera a revisar hasta la profundidad.

Por esa razón, cuando su amigo y fiel compañero Suigetsu, otro elfo, le dijo que había una zona que parecía sospechosa porque nadie regresaba de ella le hizo tomar su arco y flechas para revisar el lugar de su curiosidad.

En medio de su búsqueda, investigo los alrededores; La mayoría de ninfas le decían entre susurros que ese lugar estaba encantado y que entrar allí significaba la muerte innegable.

Pero no hizo caso y se dentro de todos modos a pesar de las suplicas de las ondinas del rio cercano en que el valiente elfo no se metiera, arriesgando su joven vida.

Sasuke exploró cada parte cuando traspaso las enredaderas al saltar de una roca, una cueva que daba la entrada a un bosque; era demasiado tranquilo y normal.