Esperanza

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Sasuke es una "sanguijuela", gana tanto dinero que muchos creen que tiene tratos con la mafia italiana y los Yakuzas del distrito de Yokohama. Pero la verdad es que solo es un inversor; Presta, recibe la cantidad y obtiene dinero del beneficio que da con ello.

Para alguien que viene de una familia adinerada y de costumbres rectas, rígidas y elegantes es fácil confundirlo con algún hombre de negocios turbulentos.

Tampoco es que su apariencia ayudara. El traje negro, los mocasines pulidos, guantes de cuero, el abrigo enorme y el parche sobre su ojo izquierdo da mucho que decir de su imagen.

Que si es un jefe de algún grupo delictivo, un empresario famoso de alguna marca extranjera, un noble de ascendencia europea mitad japones o incluso un militar como espía dentro del país son uno de los muchos rumores que corren en torno a su figura.

Pero como se dijo, es solo un hombre con mucha suerte que se hizo rico en algunos años gracias a su arduo esfuerzo y que ahora tenía una propia empresa, una pequeña.

Sasuke siempre tenia una ligera sospecha de que la gente huía de él cuándo lo veían pasar, pero no le importaba y tampoco es como si pidiera opinión de gente ajena.

Sus amigos y colegas eran gente recta y de buenos modales; Karin, Juugo, Suigetsu, Sai, Gaara. Sus primos Obito y Shisui, su abuelo Madara y su hermano Izuna, su hermano mayor Itachi y sus colegas de la empresa Akatsuki si se veían un poco raros, pero no eran gente mala. No que el supiera.

Aunque era un hombre de 32 años, aún era un hombre soltero. Sin ninguna cita en toda su vida y, virgen.

El único suertudo de la familia era Itachi, que a pesar de tener un aura intimidante y cara de asesino había conseguido a una linda chica de nombre Izumi, su adorable esposa.

Sasuke a pesar de tener un poco de disciplina sobre su trabajo y la política de no aceptar salir con cualquiera, internamente envidiaba a sus primos y tíos por tener salidas románticas, ver cómo le restregaban en la cara su afortunada vida sexual/amorosa.

¿Era la crisis de los 30?

Japón era un país de esos que, si no consigues pareja a esa edad, "el tren se te ira" y pasaras el resto de tu vida en una casa solo y con 100 gatos hasta que mueras.

Y Sasuke no se veía de ese modo, quizás sí solo, pero con una satisfactoria vida llena de viajes y alegría por lograr sus sueños.

La mayoría de veces se pasaba constantemente viajando de un lado para otro, disfrutando de su hobby, pero había veces en las que quería hablar con alguien y compartir sus anécdotas.

Su familia lo escuchaba, pero no era lo mismo. Unos eran demasiado quejosos de algo en particular u otros solo se aburrían de escucharlo siempre.

Ah, pero los muy malditos sí que amaban los recuerdos que le robaban al verlo llegar.

Su madre jamás le exigía encontrar pareja y tampoco le pedía que ya le diera nietos. Ella era muy comprensiva y decía constantemente que le satisfacía con que alguien amara y atesorara a su hijo como lo mejor del mundo.

Amaba a su madre y era la única que le apoyaba en esos bajones sobre si estaba bien seguir así.

Su padre era otra historia, jamás decía nada y tampoco le reprochaba algo. Lo único que pedía firmemente es que no trajera a la familia a alguien desagradable y mediocre.

Toda la familia esperaba a una persona atenta, que se haga a respetar, cariñosa con los integrantes del clan, alegre, sagaz, comprometida, fuerte, responsable, amable, amorosa, libre y recta sobre sus ideales en sus filas.

Otptober SasuNaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora