Capítulo 31

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Loki llegó a la sala de trofeos de Odín al mismo tiempo que Thor y sus soldados en compañía de Amora. Conjurando un hechizo para cambiar su aspecto por un soldado común, empezó a preguntarse la razón de aquella alianza anti natura entre Thor y Amora.

Estudiando aquella pareja, se adentró con ellos en la sala. Se sorprendió cuando vio a Rosalie, arrodillada frente a una gran puerta, llorando desdichada. Acaso Jane había muerto?

La Comandante Alexandra lanzó un grito ahogado cuando vio a Rosalie incorporándose con una expresión terrible en el rostro. Su vestido flotaba en torno a ella y su cuerpo emitía una aureola de luz roja. Sus ojos rojos brillaban como luceros perdidos en un pozo sin fondo.

- Tú! -pudo articular Amora -. Esta vez nadie podrá salvarte!

Rosalie gritó unas palabras en lenguaje arcano y de sus manos brotaron rayos que condensaban toda su furia. Amora elevó rápidamente una barrera de protección, y los rayos rebotaron en ella sin tocarla. Los labios de la hechicera comenzaban a formular un hechizo de contraataque cuando el estremecedor aullido de un lobo rebotó por los pétreos muros de la sala, y la hechicera miró a un anodadado Thor.

- Qué...? -empezó, pero no pudo terminar; Rosalie les observaba con una media sonrisa.

- Tu hora ha llegado -le dijo la mujer -. No podrás protegerte. Los lobos se degustarán con tu carne.

Loki corrió a situarse al lado de Rosalie cuando vio un soldado asgardiano preparado para clavarle un puñal por la espalda. Ante los atónitos ojos de Thor, Loki se teletransportó y sacó su hermosa daga incrustada en piedras preciosas para detener aquel mortal golpe. Rosalie ni siquiera se inmutó.

Más guardias rodearon a aquella pareja mientras Rosalie lanzaba hechizos más potentes que el anterior a Amora. Loki mató al soldado con el tiempo justo para crear una barrera protectora. Rosalie dibujó en el aire unas runas mágicas con el dedo y, de pronto, una enorme serpiente se materializó en la habitación, frente a Thor y Amora.

- Malditos! -les espetó la hechicera con furia-. Dad la cara en vez de protegeros con una serpiente!

Amora dirigió sus rayos hacia el cuerpo escamoso del reptil antes de que este se lanzase sobre ellos. Sin embargo, apenas lograron hacerle cosquillas. La serpiente mágica era poderosa y antigua, más que la convocada por Loki días atrás, y había luchado en mil batallas, invocada por innumerables magos antes de que Rosalie la llamara aquél día. Sus colmillos destilaban veneno, su cola de cascabel azotaba el suelo como un látigo y su siseo llenaba toda la habitación, como llrnaba las peores pesadillas de los pocos que la habían visto alguna vez y habían vuelto para contarlo.

Lucharon para salvar su vida contra aquel formidable enemigo. El techo de la sala tembló ante los hechizos de ataque que se llevaban a cabo, pero la serpiente los esquivaba y los devolvía y, en las pocas ocasiones en que la golpeaban, no parecían afectarle demasiado. Thor supo al cabo de un rato que no tenían modo de enfrentarse al monstruo y, miró a Amora, que temblaba por el esfuerzo de resistir.

Había llegado el fin para ambos.

- No descansaré hasta que la venganza sea consumada. Venganza contra quienes me mataron. Venganza contra todos vosotros.

Una voz de ultratumba salió de la boca de Rosalie, augurando el fin de la civilización asgardiana. Loki no reconocía a la mujer, ni siquiera comprendía la razón y fuente de aquel poder. Quién era aquella mujer en realidad?

Pero entonces, el rostro de Rosalie se contrajo en una mueca de dolor, las piernas le flaquearon y cayó de rodillas al suelo. La serpiente tembló un momento.

Loki, gracias a su forma de gigante de hielo, pudo acercarse a la mujer, sosteniéndola entre sus congeladas manos azules mientras las llamas empezaban a desvanecerse.

Rosalie gimió, llevándose una mano al costado, por la que brotaba sangre abundante donde la herida causada antes por un guardia se había abierto más. El desconcierto se apoderó de la mente de Rosalie, devolviéndole sus ojos azules junto con el miedo y el dolor que desbarataron sus runas.

La serpiente desapareció tan rápidamente como había venido.

- Qué ha pasado? -murmuró Rosalie, pasmada.

- Apresadles! -gritó Amora. Loki no tenía suficiente fuerza para sacarles de la sala, ni siquiera para defenderse a sí mismo. Rosalie buscaba el frio del cuerpo de Loki, deseando hacer desaparecer su temperatura corporal. Los guardias formaron posición frente a ellos, dispuestos a usar sus armas si hacía falta.

Viéndose atrapado y sin posibilidades de ningún tipo, Loki sostuvo a la joven mientras la protegía con su cuerpo.

Un grito de guerra brotó de la garganta de la Comandante Alexandra, que a horcajadas sobre el.lomo de Velox, rompía las filas enemigas seguida por su guardia personal, formando un semi círculo alrededor de la pareja. Antes de que Amora pudiera lanzar un hechizo, o los asgardianos atacar, el grupo desapareció de aquel lugar en una rápida nebulosa dorada y blanca, dejando atrás, como única prueba de su posición, el charco de sangre formado por la herida de Rose.

El precio de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora