Capítulo 41

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Sin ganas de cenar, Rosalie marchó a su habitación sin intercambiar palabra con ninguno de los soldados que aparecían ante su camino, ni siquiera con el mismísimo Thor. Aquél príncipe empezaba a perder los papeles con mayor frecuencia. Aunque no tanto como Rose, que aún intentaba pensar por dónde podría empezar a buscar a Jane.

Según las últimas noticias, la sangre que Rosalie encontró en los calabozos de Asgard fue resultado de una pelea entre Heimdall y algunos soldados. El anterior Guardián había conseguido escapar de la celda y sacar a Jane de la suya para llevarla a otro planeta. Cuando Amora y los refuerzos llegaron al sitio, ellos habían desaparecido. Así que existían miles de variables sobre el paradero, miles de posibilidades sobre lo que podría estar pasando en aquél instante. Y Rosalie sólo tenía dos opciones: arriesgarse y seguir una corazonada y emprender una búsqueda, o investigar. ¿Pero cómo iba a investigar? No conocía en absoluto a los reyes de otros planetas, y estaba segura de que en aquella galaxia no se usarían folios con fotos de los desaparecidos y el número del buscador. No... aquello demandaría todo su potencial como periodista, todas las enseñanzas aprendidas.

Y no había más tiempo de espera.

Aquella mañana estuvo muy distraída con Loki y la destrucción del país... había imaginado que vivía allí, que pertenecía al lugar. Pero la verdad es que ella nunca podría vivir en el espacio, condicionada a la ciudad de Asgard. Rosalie se había acostumbrado a estar en continuo movimiento, a un no parar, estado constante de agitación y emoción. Vivir en la galaxia sería relajarse, crear otra forma de ser.

La imagen del hermano protegiendo al pequeño sólo le recordó lo solitaria que se sentiría alejada de su mundo, de los lugares donde ella sabía manejar las situaciones y se sentía cómoda. Porque Jane no era un problema real, estaban acostumbradas a apenas verse... Pero aquellos niños... algo le dijo que rogara a Loki por tenerlos en protección, quizás el recuerdo de ella misma y cuánto costaba salir adelante. Pero ese sentimiento desapareció en el momento que recordó tener una hermana desaparecida en vaya uno a saber dónde.

Buscó en el armario de aquella lujosa habitación unos pantalones y una camisa... pero su decepción fue muy grande cuando sólo encontró vestidos y sandalias. ¿Dónde podría conseguir unas armas?

Loki se enfadaría muchísimo cuando viera que ella emprendería su propia búsqueda, ajena a Thor...

Unos suaves golpes en su puerta le indicó la llegada de alguien. Fingiendo tranquilidad, Rose abrió una de las puertas, encontrándose frente a frente con el objeto de sus pensamientos.

- Hola -dijo el príncipe desterrado, sonriendo ladeadamente. Rosalie formó un muy pequeño gesto con sus labios-. He pensado en lo que dijiste...

- Fue una tontería, Loki -dijo ella, reconociendo la estupidez humana que la llevó a aquello.

- Déjame terminar -dijo él frustrado por la interrupción-. Tenías razón. Asgard debería dar protección a sus ciudadanos en el palacio, en especial a los pequeños.

Rosalie contemplaba aquél bello rostro sin saber bien a dónde quería llegar. Loki movió sus dedos sobre el tejido, estaba nervioso por cómo tomaría la mujer la proposición.

- Así que busqué a los niños y... he pensado que... podríamos criarlos como nuestros.

¡Y vaya si la tomó en serio! El rostro de Rose quedó grabado en piedra, mientras Loki sentía sus mejillas sonrosadas. ¡Sonrosadas! Lo que nunca en la vida le había pasado y tenía que llegar aquella maldita mujer para... para... ¡para sacarlo de quicio!

- Yo... no sé qué decir -confesó Rose, empezando ella también a mover sus dedos impulsivamente, clavando su vista en el suelo. El rostro tierno de Loki enterneció su corazón, derritiéndolo más allá de lo que creía posible. ¡Cuánto le gustaba aquél hombre! Pero habían cosas que aún no podían ser. Y Loki era una de ellas-. Me encantaría, de verdad... pero sabes que debo encontrar a Jane. No podría perdonarme si algo le pasara a ella mientras yo pienso en formar una familia.

"Y pensando en abandonarte cuando todo esto termine...", se dijo para sí misma, consciente de que llegado el momento, le dolería más a ella que a él. Más que nunca se maldijo por imponerle a Loki su deseo de salvar a los niños, plantando en él una idea equivocada.

- Sí, claro... Yo... No sé en qué estaría pensando. Supongo que nos recordaron tanto a nuestras historias que...

Y así fue como Loki hizo llorar a Rosalie, con aquella sinceridad de un corazón bueno y noble que fue partido en pedazos por sus seres más queridos. La mayor traición de todas.

Rose echó sus brazos al cuello del joven, llenando su rostro de besos y caricias. Lamentándose por la mentira que diría allí... sabiendo que aquello sanaría el corazón de Loki por unos días.

- Me encantaría formar esa familia contigo.

Y así fue también cómo destruyó su propio corazón. Sabiendo que nunca sería una realidad, nunca habría una familia... pero siempre recordaría su único amor verdadero: Loki.

El precio de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora