Capítulo 33

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Escuchar Somewhere only we know -Glee

- Cuánto tiempo lleva ya?

Loki terminó de colocar un paño frío en la cabeza de Rosalie para pasar a comprar el estado de su cuerpo. La herida aún tardaba en cerrarse, pero su curación era mucho más rápida que la de un humano cuaquiera.

Su temperatura, que dos días antes rompía los umbrales de los termómetros, ahora se había reducido a cuarenta grados. Durante todo aquel tiempo, Loki permaneció cada segundo del día acompañando a la muchacha. Al principio por pena... luego porque la preocupación realmente se adueñó de su corazón.

El primer grito silencioso que escuchó de ella fue al caer bajo la insconciencia de su estado, justo en el momento en que Alexandra los transportaba al improvisado campamento militar en un planeta remoto, lejos de la vista del Guardián. Desde entonces, su temperatura no descendía.

Probaron de todo: pociones, hechizos, toallas húmedas... pero nada era tan efectivo como su idea de introducirla en una bañera rellenada completamente de hielo. Loki la acompañó, usando su apariencia y poderes de Gigante de Hielo para mantener congelado el lugar. Tal era la temperatura de la mujer, que nada más meterla en la bañera, salió una humorola de vapor. Pero su única razón de pecho, sólo conocida por él, es que al abrazarla, sentía cómo la soledad de Rose desaparecía.

No entendía qué pasaba en aquella pequeña y complicada cabecita, ni por lo que pasaba la muy endiablada... pero Loki no se sentía tranquilo marchándose y dejándola sola, siendo conocedor de su sufrimiento.

La verdad es que aquella maldita había conquistado su humanidad, y ahora lo mantenía en vilo.

Ya ni sabía cuántas veces le susurró palabras de ánimo, de cariño... cuántas veces la llamó por su nombre, le dijo "cariño", "cielo"... Loki nunca se había visto en una situación así, pero no creyó hacerlo muy mal.

Loki también agradecía el hecho de que Rosalie no fuera enteramente midgardiana, una humana común. Aquellos seres no le gustaban, siempre arrodillándose ante el más fuerte, débiles y patéticos. Y así consideró una vez a Rose. Hasta que empezó a sospechar de sus orígenes, a sentir curiosidad por su fuerza y voluntad... hasta que vio sus magníficos poderes...

- Loki, te he hecho una pregunta.

Alexandra volvió a hablar, interviniendo en su campo de visión e interrumpiendo su análisis.

- Molestas -se limitó a decir él, recordando las palabras que Frigga solía usar para curarle a Thor las heridas de los entrenamientos.

- Tenemos que empezar a planear la estrategia antes de que nos encuentren.

- Ése no es mi problema -su única prioridad era salvar a Rose de aquella, llevársela lejos donde nadie pudiera hacerle daño, y mientras ella se recuperaba, intentar salvar a Jane.

- Ella nunca se quedará en Asgard, o en cualquier otro sitio... Su destino es...

- Ella hará lo que le de la gana con su vida! -estalló furioso Loki, bajando sus manos y cerrándolas en dos puños fuertes, mirando iracundo a la comandante-. Ahora salga de esta habitación. Llevo un buen rato intentando hacer algo y su maldita voz y sus estúpidas interrupciones no me dejan concentrarme.

Alexandra cambió su tensa sonrisa al mismo rostro inexpresivo de siempre. Estaba cansada de tener bajo su protección a tremendo ególatra. Si no fuera por la heredera de Alma postrada en aquella cama, le habría dado una patada hacía mucho tiempo. Manteniendo su orgullo intacto, Alexandra salió de la tienda, esperando en el exterior hasta que el asgardiano terminara.

Loki volvió a colocar sus manos encima de la herida, pronunciando palabras en un antiguo idioma. La zona dañada brilló brevemente con una luz dorada, que lentamente fue desapareciendo hasta haber curado una nueva pequeña zona.

Tomó con una de sus manos la temperatura de Rose, asegurándose a sí mismo que ella estaría bien unos minutos sin su compañía.

Colocándose su capa sobre los hombros, Loki dio permiso a Alexandra para hablar.

- Qué quieres de ella?

La Comandante parecía contenta de poseer información que Loki desconocía, pero aquella satisfacción duró más bien poco.

- Puedes decírmelo tú o puedo preguntarle a Rosalie -aunque también podría leer ambas mentes... Pero aquello sería algo difícil con Alexandra, pues ella fue entrenada para resistirse a esas artes oscuras.

- Su verdadero nombre es Eraide, hija de Alma, heredera del Destino. Eraide fue asesinada por Bor hace mil años, dejando su alma en el limbo hasta que alguien digno, un nuevo heredero del Destino, naciera. Eraide ocupó el cuerpo de la heredera, tomando total control sobre él. Pero en su intento por ocultar sus planes, habiendo nacido como doalfar, tuvo que lidiar con que la directora de su casa de estudio intentara ver su futuro... no viendo nada y despertando la curiosidad en los demás. La directora pensó que podría ser Eraide, que volvió para vengarse de aquellos que le hicieron daño. Sin embargo, esta misma mujer tuvo una visión, en la que la joven doalfar salvaría al mundo... Aunque esto no es creído por nadie pues lo consideran un deseo del corazón. Más tarde, una hechicera dijo que tuvo una visión sobre este asunto... un augurio totalmente distinto al de la primera mujer. Según esta versión, Eraide se había reencarnado para traer la muerte y destrucción a todos los reinos.

- Entonces, creen que Rosalie es Eraide?

- Exacto.

- Y por qué eligió vivir en Midgard con una familia común? Cómo explicas su afecto y terquedad en salvar a una humana endeble?

- Cuando Eraide fue mandada a cumplir una misión, llevar unos diarios al Oráculo de Nara para iluminar por qué Alma ya no iluminaba nuestros caminos. Pero fue atacada en diversas ocasiones, corriendo el riesgo de morir. Si ella moría se perdería el secreto, la solución al problema de Alma. Así que la Directora le borró la memoria a Eraide, mandándola a Midgard como una niña perdida en el mundo que fue adoptada por los Foster.

- Y por qué querría Alma tener un heredero?

- Tenemos constancia de que a lo largo de la historia han habido dos herederos del Destino, conocidos siempre por el nombre de Alma. Sin embargo, pocos son los que saben de este hecho. Tienen una vida muchísimo más larga que la nuestra, y son más poderosos que incluso los olímpicos. Pero no eternos.

- Por qué quiere esta Eraide vengarse?

- Porque Alma y Bor intercedieron para que mataran al amor de su vida.

- Quién era?

- Ivar...

El precio de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora