Capítulo 38

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"Rosalie..."

"Rosalie..."

Rosalie acudía al encuentro de aquella voz que la llamaba con tanto apremio. Su mente buceó en las profundidades de su alma y caminó sobre la frontera entre la vida y la muerte.

Sabía que se estaba muriendo. Notaba su cuerpo boqueando un poco como si se asfixiara y sus manos se agitaban en el aire tratando de aferrar algo sólido. Sus dedos se cerraron en torno a una mano fria, real y consistente. Era Loki, que le susurraba y pedía que resistiera, que la salvaría. Sus brazos la sujetaron con firmeza.

Su corazón dejó de latir y su respiración se detuvo. Su cuerpo estaba entre la vida y la muerte, pero su pensamiento había cruzado más allá.

Y se encontró frente a frente con Alma, la Señora del Destino, la mujer más poderosa que había sido traicionada por su propia hija. Vista allí era mucho más hermosa y magnífica, y Rosalie supo que, si conseguía volver, ya nada sería igual.

Alma sonrió.

- Gracias -le dijo , y su  voz no sonó en los oídos de Rosalie, sino en su corazón.

Rosalie se sentía extraña, distinta, muy ligera. Se miró las manos y descubrió con terror que podía ver a través de ellas. Quiso gritar, pero su boca no emitió ningún sonido.

- Rosalie, no tengas miedo.

Rosalie volvio a mirar a su alrededor. Estaba en medio de un paisaje de colores extraños y cambiantes, y formas que se difuminaban bajo un cielo de tonos violáceos en el cual no brillaba ningún sol. Una bruma fantasmal lo envolvía todo, y, entre jirones de niebla, se alzaba Alma, en pie, delante de ella, con una túnica dorada, que le sonreía con amabilidad.

- Estoy muerta, verdad? -observó Rosalie mentalmente.

La sonrisa de Alma se ensanchó.

- Sí, has perdido tu cuerpo.

Rosalie quiso volver a gritar, pero, aunque sus labios formaron el gesto, de nuevo fue incapaz de hablar.

- Era la única manera de salvarte, Rosalie.

Rosalie sintió una presencia tras ella y se volvió. Allí estaban sus padres, que le sonreían.

- Ahora estamos juntos los tres -dijo Michel y, aunque a Rosalie le parecía maravilloso volverles a ver, las implicaciones de sus palabras la hicieron estremecer.

Eve alargó un brazo hacia Rosalie y la cogió de la mano, y Rosalie vio que los dedos de ella aferraban los suyos de alguna manera, por primera vez desde hacía mucho tiempo.

- Falta Jane -murmuró Rose, alejándose de ellos, sintiendo que si seguía dando pasos, terminaría por desaparecer... y alguien tenía que salvar a Jane.

- Qué ha pasado conmigo? -quiso saber Rosalie, sin entender bien la razón por la que su alma ya no habitaba en ningún cuerpo.

- Teníamos que ponerte a salvo de Eraide y Amora -dijo Alma -. Has cruzado la línea. Ahora mismo tu cuerpo yace sin vida en el suelo de la entrada al palacio de Asgard. Amora os mató a Eraide y a ti cuando mi hija se intentaba apoderar de ti para siempre. Lo siento, Rosalie, pero era la única forma de rescatarte de su conjuro.

- No importa... -suspiró Rosalie, sintiendo su corazón hecho pedazos, añorando a Loki y Jane-. Eraide ha muerto y eso es lo que importa. Asgard podrá seguir adelante.

Eve miró a Rosalie con los ojos anegados en lágrimas. Aquello inquietó a Rosalie.

- Qué ha pasado con Asgard?

El precio de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora