Capítulo 35

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- Rosalie?

Eraide escuchó como aquel estúpido dios gritaba el nombre de la doalfar. No le gustaba tener que hacerse pasar por aquella muchacha, ni fingir que estaba de parte de aquellos ineptos, pero Alma debía seguir creyendo que sus planes salían como quería.

Arreglando su vestimenta, y relajando la intensidad de la magia en su interior, cambió el color rojo de sus ojos.

- Qué ha pasado? -preguntó el Asgardiano, cogiendo a Eraide por los hombros, zarandeándola. La hechicera reprimió las ganas de calcinar al idiota. Sin quererlo, sentía una ligera empataía por la doalfar engañada.

- Esa mujer intentó asesinarme mientras tú retozabas con Alexandra -dijo amargamente Eraide, dispuesta a hacerle pagar al malnacido el daño que Rosalie sentía en su corazón, al fin y al cabo, seguía siendo aquella midgardiana. Loki frunció el ceño, intentando eentrar en la mente de la joven, pero una barrera muy fuerte repeló su magia.

- Eso es una tontería! Organizaba las tropas para el ataque a Asgard.

"Al fin una buena noticia" se dijo para sí misma Eraide, disfrutando de saber que sus planes se realizaban con efectividad. Su objetivo de matar a Odín se iba acercando, su venganza se cumpliría muy pronto.

- Eso dices tú. Pero cómo voy a saberlo yo? Sé que me consideras inferior por mis orígenes midgardianos, pero de ahí a que me mientas en la cara...

Esta vez causó impresión en Loki, que abrió desmesuradamente sus ojos.

- Yo no te considero inferior...

- Loki, te conozco. Para ti, todo lo que no sea un Dios todopoderoso no tiene importancia. Pero no te preocupes, lo entiendo. Sólo soy algo de usar y tirar. No te preocupes, está todo bien.

- Rosalie! Nunca he dicho nada de eso! Es cierto que en el pasado sí pensaba así pero...

- Loki, no me importa. No estamos hecho para estar juntos. Vivimos en mundos distintos.

Loki reflexionó sobre aquello. Sentía que se arrastraba por aquella mujer. Él nunca amó a nadie, ni quiso cuidar o proteger a otro como a Rosalie... Pero entonces por qué le importaba tanto aquella mujer? Por qué sentía que ella le hacía abandonar todo lo que él era anteriormente?

- Sólo me viste como una igual cuando descubriste mis poderes. Pues lo siento, su majestad, pero merezco algo mejor.

Eraide abandonó el bosque dejando atrás un aturdido príncipe. Loki seguía sin saber qué hacer. No le gustaba nada aquello, y menos depender emocionalmente de nadie. Pero algo había en aquella joven que lo animaba a ser mejor persona de lo que fue.

Pero y si tenía razón?  Y si sólo la vio distinto cuando descubrió sus poderes? Eso no podía ser así. Fue desde que ella lo visitaba en la celda que sentía cariño por aquella muchacha, y sin embargo se antojaban aquellos tiempos tan distantes... y ellos dos tan cambiados.

Quizás Rosalie se merecía algo distinto, algo puro y verdadero... Pero Loki no era tan solidario como para dejarla marchar libremente, ni tan cobarde para volver con el rabo entre las piernas. Aquella maldita mujer le gustaba, muchísimo... Su madre no lo crió para que se rindiera.

Eraide aprovechó la ausencia de Loki para espiar a la comandante Alexandra. Aquella mujer estaba teniendo una reunión secreta con Lorelei, la hermana de Amora.

Por qué todos parecían cambiar de bandos sin ningún problema y usarla para matarse entre ellos? Ya no solo era para limpiar a los reinos de la pobredumbre de su gente, sino para limpiar a todo ser maligno y falso que habitara en él. Estaban todos a las puertas de un nuevo y brillante amanecer.

- Crees que es de confianza? -preguntó Alexandra sobre Rosalie. Lorelei movió unas mantas en el suelo hasta extraer del fondo un viejo y amarillento libro. Eraide lo reconoció inmediatamente, era su diario personal, escrito después de la muerte de Ivar... pero después sacó otro...

- Aquí tengo el diario de Eraide e Ivar. Uno habla de venganza el otro de perdón. Ivar no murió aquella vez, como estaba previsto. Alma decidió salvarle al último minuto...

- Qué me estás diciendo, Lorelei? Acaso las historias no han sido contadas ya miles de veces?

- No... La verdadera historia no.

Alexandra no entendía nada. Su rey había visto un futuro incierto, con miles de posibilidades fluctuando... y Lorelei conocía el pasado, las razones que les llevaron hasta donde ahora estaban. Y sin embargo, resultaba que nada era real, que todo fue mal entendido, mal interpretado.

- Realmente quieres saberlo todo, Alexandra?

- Va a estallar una guerra, Lorelei! A qué estás esperando?


El precio de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora