9 de Octubre de 1987
La mañana había hecho su presencia, sin que tuviesen noticia alguna de Steve.
Tony, en ese momento, encontraba tocando el piano en el estudio de la mansión Stark, para tratar de calmar su preocupación y ansiedad, cuando sonó el timbre de la puerta y pudo sentir en su vínculo una ligera punzada, lo que provocó que el alivio recorriera todo su cuerpo, a la vez que una nueva serie de preocupaciones y que el miedo se apoderaran de su cuerpo, ante la cercanía de su encuentro con Steve.
Trató de hacer esto a un lado, mientras dejaba el piano y se apresuraba a salir del estudio y dirigirse a la sala, donde se encontró con la imagen de un Steve un poco más delgado, sucio, sudoroso, maltratado y con varios cortes, pero su Steve al fin y al cabo, vivo, sano y más hermoso de lo que lo recordaba, que lo miraba con sorpresa, curiosidad, preocupación y algo de miedo.
—Steve...— murmuró Tony con suavidad, recorriendolo con la mirada un para asegurarse de que fuese real y no una ilusión de su cerebro gastandole alguna broma.
—Tony...— murmuró el rubio con asombro, mirando al chico... No, mirando al hombre que se encontraba frente a él. Había cambiado tanto en este último tiempo. Era más alto, su cuerpo había aumentado su volúmen, su voz había cambiado hasta ese hermoso tono que tenía ahora y el vello facial en su rostro había aumentado y se encontraba perfectamente cortado, resaltando el intenso rojo de sus labios. —Te ves... Diferente— murmuró Steve después de algún tiempo, sin poder dejar de ver al castaño y tomando una silenciosa respiración ante el impacto que el cambio físico de Tony tuvo en el, recibiendo en ella un poco del característico e inconfundible aroma alfa de Tony, haciendo temblar un poco sus rodillas.
—Si, creo que ha pasado un tiempo desde la última vez que nos vimos— agregó con tranquilidad, tratando de mantener sus emociones lo más ocultas posibles, antes de dirigirse a su padre. —Howard, se que necesitas hablar con Steve de varios asuntos importantes, pero quisiera hablar con el primero y tratar un poco sus heridas...— empezó con el mismo tono, siendo interrumpido por el mayor.
—adelante, pero date prisa. Lo que tengo que discutir con él es importante y necesito planificar la rueda de prensa— respondió el mayor con impaciencia, antes de darse media vuelta y desaparecer en su estudio, seguido de María y de Jarvis.
—Bueno, supongo que tenemos algo de tiempo— respondió Tony con simpleza, antes de mirar en dirección a Steve. —¿Está bien si hacemos esto en mi habitación? Antes de que digas algo, se lo que hago. En algún momento de mi vida tome un curso de enfermería básica para el día en que tuviera que utilizar ese conocimiento contigo, que mejor oportunidad para usarlo que ahora— preguntó ansiosa y rápidamente en ese tono tan nuevo y extraño, pero tan Tony, lo que le hizo sonreír suavemente.
—Esta bien, Tony— respondió Steve siguiendo al menor, quien había empezado a subir las escaleras.
—¡Oye! ¡Espera un segundo! ¿Puedes subir la escalera o necesitas algún tipo de ayuda? Con todo lo de la misión y el tiempo de ya sabes...— agregó Tony mirando a Steve, quien rodó los ojos.
—Puedo subir la escalera, Tony— respondió Steve con exasperación, empezando a subir la escalera, pasando al menor en algún punto, el cual manifestó su disgusto quejándose en voz alta de cómo Steve hacia trampa.
******
Al llegar a la habitación del castaño, Steve espero a que este llegará, entrando a la misma cuando esté llegó, abrió la puerta y entró, haciéndole un gesto a Steve para que lo siguiera.
Steve entró a la habitación, admirando como absolutamente nada había cambiado desde la última vez en que estuvo aquí y sintiendo un poco de nostalgia por el tiempo que había perdido mientras estaba postrado en esa cama.
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El Alfa Perfecto Para Mi
FanfictionSteve Rogers, el Capitán América, en un Omega mejorado que no ha podido encontrar a su pareja ideal debido a las mejoras que le fueron realizadas a su cuerpo y a las consecuencias que trajo con ello. Cuando estrella la nave en el océano, está resign...