Si eres sensible a este tema, no leas este capítulo. Contiene un poco de ilegalidad. Nada sexual.
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Decir que a Steve lo sorprendió Tony, es decir poco.
No solo su gran cambio, también todo él en general, regresó con una personalidad más confiada, intrépida y descarada, pero también más sociable para interactuar con las personas.
Generalmente, Tony se quedaría un lugar con él y hablarían de cualquier tema, los dos, solos. Sin embargo Tony dividía su tiempo entre hablar con él, hablar con algunos invitados, coquetear con los otros omegas y alardear un poco frente a los accionistas de su padre.
Y... Eso estaba bien, ¿no?. Siempre había querido que Tony explorará, que se comiera el mundo y que conociera a más personas, fuera de él.
Sin embargo, verlo tan cómodo con esas personas a su lado, yendo de aquí para allá, con su hermosa sonrisa, con mirada curiosa, divertida y maliciosa, con su encantadora personalidad, que era como el sol, orbitando en el centro del espacio, atrayendolos a todos y haciendo que lo sigan como si fuera natural, le hacía sentir algo egoísta, molesto y celoso, porque él deseaba ser el único dueño de toda esa calidez y toda esa atención por parte del castaño.
Suspiró y tomó una copa de un barman que pasaba repartiendolas por allí, y la bebió de golpe, aún cuando sabía que el alcohol no podía hacerle nada.
Esto era cada vez más pesado de llevar y era cada vez más difícil lograr mantenerlo dentro, sin embargo, debía esforzarse por mantenerlo en el lugar donde se encontraba. Tony era un niño, aunque de niño le quedará muy poco, y el hijo de sus mejores amigos, así que no hay sentimientos más allá de la fraternidad por él, y sí los hay, deben morir enterados, no es más y no puede permitirse pensar de otra forma.
Fue por eso que, mirando a Tony platicando a gusto con una chica castaña Omega que estaba invitada a la fiesta, decidió que era buen momento para retirarse a otro lugar y quien sabe, escapar de allí e irse a un lugar donde su corazón dejará de doler tanto y dónde su inconsciente no pudiese burlarse de él por lo que quizás fue suyo y jamás volvería a tener.
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Steve se encontraba acariciando las teclas del piano, sin tocar melodía alguna, cuando Tony lo encontró.
Sin hacer mucho ruido, se acercó al lugar donde se encontraba el pensativo rubio, antes de murmurar.
—¿Por qué te fuiste?— susurró, espantando al rubio, que tocó una tecla bruscamente debido al susto y su distracción.
—¡Tony!— exclamó sorprendido, volviéndose en su dirección y mirándolo con una cantidad indescifrable de sentimientos en sus ojos azules, que luego se transformaron en un tono inexpresivo, que no develaba nada. —me asustaste— agregó, volviendo rápidamente su vista al teclado del piano.
—¿Por qué te asustaste? Tienes una audición super desarrollada, ¿No? Por lo que tuviste que escucharme venir, a menos, que alguien haya pensado en huir y yo haya frustrado sus planes— respondió inteligente, pudiendo deducir rápidamente la situación y mirando en consecuencia al rubio, que no fue capaz de devolverle la mirada.
—no estaba pensando en huir, me asustaste, es todo— mintió, aunque era un pésimo mentiroso, si el resoplido de Tony era una indicación.
—fingiremos que te creó, Steve— respondió con diversión, antes de suspirar. —bueno, como sea. Te estaba buscando, quería invitarte a bailar— ofreció el castaño, caminando hasta estar frente al rubio, recostando su cadera sobre este, y mirando al rubio a detalle.
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El Alfa Perfecto Para Mi
FanfictionSteve Rogers, el Capitán América, en un Omega mejorado que no ha podido encontrar a su pareja ideal debido a las mejoras que le fueron realizadas a su cuerpo y a las consecuencias que trajo con ello. Cuando estrella la nave en el océano, está resign...