Steve salió corriendo de la vivienda, ignorando los llamados de todos los que lo veían pasar y las advertencias de que no saliera, debido a las inclementes condiciones del clima.
Corrió y corrió, luchando contra la fuerte ventisca y la nieve que caía por montones, hasta llegar a su habitación de calor, la cual abrió, para luego encerrarse en ella y dejarse caer contra la puerta, llevándose las manos a la cabeza.
¿¡Qué demonios había hecho!? ¿¡Por qué se dejó llevar de sus impulsos y sus sentimientos!?
No debió haber cedido cuando estaban tocando el piano, y no debió haberse dejado llevar por los celos y la posesividad cuando escuchó que ya había tenido otras experiencias, Tony era joven, y merecía experimentar, por más que él quisiera que no fuera así y por más sentimientos que tuviera por el castaño.
Y por más que su parte racional pensara así, su Omega no entendía razones. Su Omega quería al alfa de Tony y ya lo consideraba suyo, lo deseaba y estaba ansioso por recibir su marca.
Todo ese cóctel de emociones estaba amenazando con acabar con su cordura, y sumando todo esto a la apariencia actual de Tony, formaba un completo desastre de emociones y sentimientos en su interior, y fracturaba cada vez más su determinación para mantenerse lejos de Tony.
Suspiró y se tiró de sus rubios cabellos, necesitaba hablar con alguien o se iba a ahogar con todo esto.
En su agonía, un delicioso olor entró por su nariz, el cual envío un pulso de excitación, que lo recorrió de pies a cabeza, lo hizo estremecerse y provocó que la humedad se apoderará de sus regiones inferiores, causándole vergüenza.
Sin poder evitarlo, se concentró en ese olor y empezó a seguirlo, sintiendo un intenso calor apoderándose de todo su cuerpo, como su respiración se volvía irregular, su corazón latía apresuradamente, su media marca de enlace producía un ligero picor que enviaba más pulsos de excitación a todo su cuerpo, como su miembro se endurecía rápidamente entre sus pantalones y como su entrada empezaba a dilatarse, preparándose para tener a un alfa en su interior.
Este conjunto de sensaciones lo aterrorizado por completo, sin embargo, no podía dejar de seguir el olor, el cual identificó automáticamente como el olor de Tony, su alfa.
Al llegar a su habitación, el olor a la excitación del castaño lo golpeó por completo, haciéndole caer de rodillas y dando un intenso gemido, mientras largaba su simiente en sus pantalones, y el olor de su propia excitación se hacía tan fuerte como el olor de su miedo.
¡No, no, no! Esto no podía estar pasándole a él. De ninguna forma.
Y por si no fuera poco, su Omega estaba luchando cada vez más duro por tomar el control absoluto de su cuerpo y dejarse arrastrar a la necesidad y la lujuria, cosa que tenía que impedir a toda costa.
Ceder significa perder y dejarse arrastrar a ese mundo que no quería pisar, donde todos sus instintos salían a flote y por ende, el más pesado y difícil de cargar de todos sus secretos salía a la luz.
Pero a cada minuto que pasaba, la insoportable necesidad de su cuerpo se hacía mayor y el deseo de tener a su alfa tomándolo, llenándole con su nudo, llenándole de crías y mordiendolo se hacía mayor, hasta que finalmente perdió la batalla y con un sonoro gemido, su inaplazable instinto se hiciera cargo.
Su último recuerdo consciente fue de él quitándose todas las prendas de su cuerpo, antes de perder la batalla contra su instinto y dejar que su Omega, por primera vez en su vida, tomara todo el control de su cuerpo.
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Después de bajar de la nube a la que el beso que le dió Steve lo hizo subir, Tony se apresuró a buscarlo.
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El Alfa Perfecto Para Mi
FanfictionSteve Rogers, el Capitán América, en un Omega mejorado que no ha podido encontrar a su pareja ideal debido a las mejoras que le fueron realizadas a su cuerpo y a las consecuencias que trajo con ello. Cuando estrella la nave en el océano, está resign...