Cambios

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12 de junio de 1982

Tony se encontraba completamente desnudo frente al espejo.

Su cuerpo había empezado a cambiar. Ahora estaba más alto, su cuerpo empezaba a adelgazar y sus brazos a definirse, perdiendo la redondez de la que había gozado en años anteriores.

También había notado cambios allí, donde antes había sido pequeño y lampiño. Había aumentado significativamente de tamaño en esa parte, había empezado a crecer una ligera protuberancia en la base y vello desagradable empezaba a aparecer.

Su voz, sus emociones y sus pensamientos respecto a algunas cosas también habían empezado a cambiar. Su voz había perdido la mayoría del rasgo infantil, ahora era, rara, por no decir lo menos. Sus emociones se descontrolaban todo el tiempo y lo que antes le había parecido simple, como la acción de besarse, había pasado por la repulsión, hasta convertirse en algo que anhelaba hacer, exactamente con una persona que no salía de sus pensamientos; Steve.

Steve... La mayoría de sus conflictos y debates internos eran provocados por él.

Él era, de lejos, la persona más hermosa que había conocido, con su bonita sonrisa, sus hermosos y brillantes ojos azules, con la calma y la suavidad en que lo trataba, y con esa forma tan suya de hacerlo sentir especial, causaba que su corazón empezará a latir rápidamente y que actuará estúpidamente frente a él.

Por eso, lo que en algún momento le pareció una mala idea, como venirse a estudiar tan lejos, le pareció perfecto en este momento. De esa manera tenía más tiempo para averiguar qué estaba mal con él y de paso, tenía la distancia que necesitaba para poner en orden sus emociones y que a la hora de ver a Steve el domingo, no hiciera un completo lío de si mismo y se comportará como él niñito que ya había dejado de ser.

La universidad, por su parte, también tenía sus beneficios. Steve había estado en lo correcto y el MIT había sido su mejor decisión. Había podido liberar su potencial y era el más joven y uno de los mejores de su carrera. En su primer semestre había construido a dum-e y en el segundo semestre había construido otro robot. Actualmente estaba cursando su tercer semestre de carrera y se encontraba desarrollado los principios de una inteligencia artificial, aunque no lograba hacerla funcionar del todo, pero no desistiría y seguiría trabajando en ella hasta perfeccionarla.

Sin embargo, todos estos rápidos avances tenían un firme propósito; el recibir los elogios de Steve. Más allá de una satisfacción propia por demostrarle a punta de hechos a su padre que era mejor de lo que él quería reconocer, aunque jamás estuviera conforme con nada, y más allá del reconocimiento de los medios o de sus compañeros y su misma universidad, el reconocimiento de Steve de lo que había hecho, ver su rostro lleno de orgullo y emoción por cada nueva cosa que le enseñaba y sus palabras de felicitación, así como de lo orgulloso que se sentía de sus logros, calentaban algo dentro de su pequeño corazón que lo llenaba de una inexplicable felicidad y satisfacción, así como lo hacía sonrojar y hacia que su corazón latiera de prisa.

Otro impacto positivo que tuvo la universidad en él fue la oportunidad de hacer amigos. Había conocido a un chico, James Rhodes, o Rhodey, como le había apodado, que se encontraba cursando primer semestre y que se había convertido en una compañía agradable y uno de los que le cubría en todas sus travesuras.

Suspiró y sacudió la cabeza. Se había perdido tanto en sus pensamientos que había olvidado que tenía que cambiarse rápidamente para dirigirse a su próxima clase.

Rápidamente se colocó la ropa que había alistado previamente, tomo un par de sus pertenencias, algo de dinero y una manzana y las metió en desorden dentro de su mochila, para partir apresuradamente de allí.

El Alfa Perfecto Para MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora