Nuevo amanecer

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Tony despertó, sintiéndose relajado, tal y como se despertaba después de quedarse a dormir con Steve hace tantos años.

Abrió los ojos y le sorprendió ver a Howard y a María sentados en sillas al final de su cama. Parpadeó rápidamente y llevó su mano a la cara para eliminar los rastros de sueño presentes en su cuerpo, notando que había una intravenosa conectada a su mano y que el equipo médico estaba conectado a su cuerpo.

Rápidamente recordó que María había venido antes y que se encontraba con él, cuando un dolor desgarrador le atravesó por completo y lo dejo inconsciente.

Estaba asustado e iba a empezar a exteriorizar sus dudas, cuando la voz de Howard se dejó oír.

—¿Cómo te sientes?— preguntó serio e inexpresivo, avanzando hasta el monitor y revisando las lecturas de este.

—mejor— respondió escuetamente, mirando al mayor. La mujer se acercó también a su cama y se encontraba revisándolo por todos lados, para asegurarse de que estaba bien.

—bien. Pediré que te suban el desayuno e iré a revisar a Steve— respondió el mayor, dando las últimas lecturas, antes de dar media vuelta y dirigirse a la salida.

—¿Que pasó con Steve?— preguntó angustiado el menor, sentándose rápidamente, a pesar de los intentos de su madre por mantenerlo en la cama.

—se está recuperando— respondió escuetamente, enmascarando sus emociones.

—¿Recuperando de qué? ¿Que pasó?— preguntó más exaltado que antes.

—estuvimos trabajando en su enlace. Tú no fuiste el único afectado. Enseguida vuelvo— explicó brevemente, antes de retirarse de la habitación y dirigirse a la habitación del rubio.

*****

Steve despertó sintiéndose como se sentía cuando despertaba sano y salvó en su casa, cuando aún era un niño y su madre cuidaba de él, se sentía relajado, cálido y seguro. Ya nada dolía y su corazón se sentía menos pesado.

Abrió los ojos en el preciso momento en que la puerta de su habitación se abrió, revelando a Howard, quien tenía una expresión preocupada en su rostro, la cual desapareció al verlo despierto.

—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes?— preguntó rápidamente, avanzando hasta las máquinas junto a su cama y revisando sus signos vitales.

—bien. Muy bien, de hecho. ¿Y como está Tony?— respondió y preguntó rápidamente, y con preocupación, sentándose en su cama y mirando al mayor.

—el está bien. Despertó hace varios minutos y está junto a María— respondió, tranquilizando al rubio.

—¿Que hiciste? Con lo del asunto del enlace, quiero decir— preguntó nuevamente, recordando todo lo que había pasado antes de caer dormido.

—te voy a explicar, pero no sé si estés preparado para oírlo. También quería discutirlo primero contigo, antes de hablarlo con Anthony— avisó el mayor, antes de suspirar, armandose de valor para continuar. —para solucionar este problema teníamos tres opciones, dejar todo como estaba y perjudicarlos a los dos a largo plazo, cortar el enlace, dañando a alguno de los dos, o a los dos de forma permanente o estabilizar en enlace actual, de forma que la última decisión fuese de ustedes dos. Tratamos de hacer lo segundo, pero los resultados fueron nefastos, por lo que María y yo decidimos terminar su medio enlace, de forma que no los dañará, que pudieran seguir como siempre y que al final ustedes decidieran si terminarlo o seguir cada uno con su camino— explicó el mayor con seriedad, mirando al rubio que se encontraba estático, asimilando toda la información recibida. —sin embargo, no todo es tan fácil para ti. Cortar el enlace, así como reforzarlo, sigue teniendo las mismas implicaciones de las que hablamos para ti. Nada ha cambiado. — agregó, mirando con seriedad, preocupación y seriedad a su amigo

El Alfa Perfecto Para MiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora