24 de Julio de 1984
Tony no soportaba más está situación, lo juraba.
Desde aquella maldita misión, de la que casi no sale vivo, Steve no era el mismo.
Antes mantenía una sonrisa en su rostro y un humor envidiable, además de un aura de serenidad y tranquilidad que siempre iba con él, pero ahora se la pasaba inexpresivo, de mal humor en ocasiones y alejado de todos en muchas otras, sin importar que se encontrarán en el mismo espacio, y el aura que lo rodeaba era un aura de tristeza e inquietud.
Dejó de realizar de forma permanente todas aquellas actividades que solía hacer en casa para pasar su tiempo libre y llegaba a altas horas de la noche de la oficina, inclusive, llegando hasta a horas de la madrugada. Había empezado a salir en las noches y a regresar en las mañanas y por si fuera poco, en los últimos meses, unas horribles bolsas encontraron su lugar en la parte baja de sus preciosos ojos azules, que en tiempos mejores brillaban de forma hipnotizante y ahora estaban opacos y carentes de vida.
Lo peor de todo esto es que Tony siempre trataba de hablar con él, para saber que era lo que estaba pasando, buscar una solución y eliminar su dolor, así como el dolor que le causaba al mismo Tony, al verle en ese estado, tan roto, tan fuera de sí, tan lejano y sobre todo, tan lejano con el mismísimo Tony, que se moría por estar a su lado y aliviar cualquier tipo de sufrimiento o dolor, que se moría por estar a su lado y hacerlo felíz.
*****
Tony suspiró, antes de ponerse de pie y dirigirse a la cocina.
Estaba pasando las vacaciones en su casa. Estaba a tres semestres de terminar el pregrado de ingeniería y se encontraba de receso en este momento. Aunque era absurdo el haber venido ¿Para que si la razón por la que volvía no estaba allí para estar con él?
Suspiró y sacudió la cabeza. Tenía que mantener los pensamientos sobre Steve a raya o ese dolor molesto, ese extraño y doloroso fuego que sentía que lo consumía por dentro y esa incomodidad que sentía en su cuerpo cada vez que pensaba en él y en lo que estaba haciendo volvería, haciéndole sentir enfermó y desesperado.
Suspiró nuevamente y decidió que lo mejor era ir por el maldito vaso de agua y dejar los pensamientos con Steve para mañana. Tenía que conseguir ese vaso de agua con urgencia o moriría por deshidratación. Tenía mucho calor y así había sido en los últimos días. Era tanto que, inclusive, había puesto más sistemas de ventilación en su habitación, pero nada había resultado, por lo que tenía que recurrir a los métodos ordinarios y comunes.
Bajo las escaleras, importandole muy poco que solo llevaba puesto su pantalón de dormir, sabiendo que era imposible que hubiese alguien despierto a esa hora y se dirigió a la cocina, quedándose estático cuando escuchó gimoteos ahogados y suaves sollozos.
Avanzó hacia el interior de la cocina sin hacer ningún ruido y aprovechando que se encontraba descalzo, teniendo cuidado de no alertar a la persona adentro para descubrir su identidad, encontrándose con Steve, que se encontraba acurrucado en un rincón y de espaldas a la entrada, llorando y gimoteando silenciosamente.
—Steve, Me vas a decir que te pasa de una vez por todas ¿Si o no?— demandó, acercándose a donde se encontraba el rubio y arrodillándose para estar a su altura, aprovechando la sorpresa del rubio para tomar su rostro en sus manos y secar las lágrimas que había derramado.
—Tony ¿Que haces aquí? Yo... Todo está bien— murmuró sorprendido, llevándose las manos a la cara para quitarse las lágrimas e intentando ladear el rostro para que el castaño no le viera en ese estado por más tiempo.
—No me mientas, Rogers. Las cosas no están bien, no lo han estado desde esa misión. Deja de mentir y dime de una vez lo que está pasando— demandó saber el castaño, tomando el rostro del rubio y haciendo que este lo mirará de frente.
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El Alfa Perfecto Para Mi
FanfictionSteve Rogers, el Capitán América, en un Omega mejorado que no ha podido encontrar a su pareja ideal debido a las mejoras que le fueron realizadas a su cuerpo y a las consecuencias que trajo con ello. Cuando estrella la nave en el océano, está resign...