El Alfa Perfecto Para Mi

La decisión más difícil

5 de julio de 1983

A la mañana siguiente, la tensión podía sentirse entre el alfa de los Stark y el Omega rubio.

Durante el desayuno, Steve se sentó lejos del castaño, no le dirigía la palabra y ni siquiera volteaba a mirarlo.

El castaño por su parte, le lanzaba miradas molestas al rubio y acuchillaba las tortillas de su desayuno con violencia, bajo la mirada confusa de los Stark mayores, que no entendían lo que había pasado.

—Steve, podemos hablar un momento en mi despacho— pidió el mayor de los Stark, mirando al rubio, quien levantó la cabeza al escuchar su nombre de la boca del mayor.

—por supuesto, Howard. Tan pronto como terminemos el desayuno, podemos ir allí— respondió el rubio con amabilidad, antes de volver su atención a su plato, ignorando todo a su alrededor.

—¡Claro, Steve! Corre a donde tú querido Howard. Cómo a él le haces caso en todo lo que te pide— respondió sarcástica y burlonamente el castaño menor, mirando con frialdad, molestia y celos al rubio.

—Anthony Stark, no te permito que me hables así. Respetame y respeta a tus padres, pero sobre todo, no te atrevas a lanzar ese tipo de calumnias contra Howard y contra mí— respondió el rubio con molestia, mirando fijamente al castaño, que en vez de sentirse amedrentado con su fría mirada de hielo, se sentía más envalentonado a responderle, pero sobre todo, tenía unos extraños deseos de ver al rubio con la cabeza abajo, siendo sumiso y pidiéndole perdón.

—Y tú si puedes hablarme y tratarme como se te da la regalada gana, ¿Verdad? No estás en ninguna posición de exigir algo que ciertamente no das a cambio— respondió el castaño con molestia, mirándolo intensamente y sintiendo una gran furia, frustración y coraje que no podía controlar.

—en ningún momento te he faltado al respeto, Anthony, y si te refieres a lo que pasó ayer, tu sabes exactamente como fueron las cosas, así que no me malinterpretes— respondió el rubio con molestia, poniéndose de pie y enfrentando al castaño, quien lo imitó y lo miro fijamente.

—¡Ya basta los dos!— exclamó el mayor de los Stark, provocando que las miradas de los dos implicados se girarán en su dirección y que el castaño le lanzará un pequeño gruñido que erizo todos los vellos del cuerpo de Steve y le produjo un escalofrío, y causando que el mayor levantará sus manos para intentar calmar al menor.

—controlate, Anthony y tú, Steve, te agradecería que me siguieras a la oficina en este momento— pidió, poniéndose de pie y dejando la servilleta sobre su plato, antes de caminar en dirección al lugar pactado.

—Tu no te vas con él a ninguna parte— bramó el castaño con un tono que nadie jamás había escuchado, causando que el rubio se congelará en su sitio, bajará la cabeza y expusiera su cuello, con la humillación expresada en su rostro, mientras la sala se inundaba de su olor y sus padres miraban en shock la escena que se desarrollaba frente a sus ojos.

Tony... Acababa de emplear su voz de mando en todos ellos.

Realmente a ellos no les afectaba, el verdadero problema radicaba en Steve, quien, al parecer, si reaccionaba a Tony y quien jamás había sido sometido a ese trato.

Pasaron largos minutos en silencio, donde los mayores miraban sorprendidos la escena que se desarrollaba frente a ellos, el castaño miraba fijamente al rubio y respiraba pesadamente, y el rubio luchaba contra su instinto, para deshacerse del control que Tony había ejercido con su voz sobre él, desesperandose, cuando no obtenía ningún progreso, hasta que finalmente logró deshacerse de él, lanzándole una mirada llena de frialdad al castaño antes de tomar la poca dignidad que le quedaba después de lo que se sentía como una humillación pública y se marchaba del sitio.