23 de octubre de 1976
Steve, después de recibir su orden firmada, por fin regresaba de forma definitiva a casa, después de tener que combatir en dos sangrientas guerras.
Había logrado tener una participación con éxito en las dos y como toda guerra que se respete, deja un enorme papeleo por hacer, por lo que se había tardado en regresar más de lo esperado.
Fuera de la guerra fría, con la unión soviética, no tenían ningún conflicto más, por lo que SHIELD decidió dejarlo descansar y él decidió que pasaría sus próximos meses de descanso en la mansión Stark, junto a Tony.
Tony... Él había cambiado mucho en estos años. Steve cumplió su palabra y lo llamo periódicamente, también cuando se encontraba en la mansión, en el día posterior a su celo, pero no había podido dejar de notar que se escuchaba un dejo de tristeza en el tono sarcástico del menor y hacía responsable de esto a Howard y María, quienes parecían tener cosas más importantes que hacer que estar al cuidado de su hijo.
Lo bueno es de que ya regresaba y podría estar con él, por lo que Tony ya no estaría tan solo. Llevaba dos largos años sin verlo y suponía que en este tiempo ya había crecido y seguía siendo ese chico impresionante e inteligente que había conocido.
Había escuchado algunas cosas de él en la radio mientras se encontraba en el ejército; había escuchado que había logrado finalizar con éxito su primer circuito hace dos años y que para el verano de este año había armado su primer motor. Steve se sentía sumamente orgulloso de escuchar todas estas maravillas, pero no podía evitar que un sentimiento incómodo se formará en su pecho al ver que el menor estaba desperdiciando su infancia por ir avanzando a pasos tan agigantados, solo para llamar la atención de Howard, que rechazaba e ignoraba descaradamente todos y cada uno de sus avances.
Qué, a propósito de eso, debía tener una sería charla con él sobre ese asunto.
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Steve regreso a la mansión en la mañana del 24 de octubre y espero ansioso el sonido de los rápidos pasos de castaño, viniendo en su dirección, pero eso nunca ocurrió, solo un envejecido Jarvis le dió la bienvenida y le comentó sobre el gusto que le daba verlo de regreso y con bien.
El rubio, haciendo un esfuerzo por ocultar su tristeza y decepción, respondió de forma cortés, empezando una corta plática con el inglés que le acompaño todo el trayecto del vestíbulo a su habitación.
Aprovecho su conversación con el beta para preguntarle sobre el paradero de Tony y este le comento que el castaño se encontraba en su habitación, construyendo muy seguramente y que en algún momento abandonaría su habitación.
El rubio, decidió no indagar más y refugiarse en la seguridad de su habitación, mientras suspiraba con frustración y derrota.
Tony sabía que hoy regresaba, sin embargo no había hecho nada por recibirlo como en las ocasiones anteriores y para Tony era más fácil rastrearlo a él, que él rastrear el olor apenas emergente de Tony, por lo que estaba claro que sabía de su llegada, pero que no le quería ver.
Se dejó caer con suavidad en la cama, mientras suspiraba, las cosas habían cambiado y él debía acostumbrarse a ello, pero saberlo no hacía que la realidad fuera menos dolorosa.
*****
Después de pasar largos minutos recostado en su cama y lamentandose por lo que había perdido, decidió que lo mejor era salir a dar una vuelta en su motocicleta para despejarse.
Hacía mucho tiempo que no la usaba y extrañaba la sensación tan increíble que le brindaba el viento en su cara y el conducirla por las calles de su país.
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El Alfa Perfecto Para Mi
FanfictionSteve Rogers, el Capitán América, en un Omega mejorado que no ha podido encontrar a su pareja ideal debido a las mejoras que le fueron realizadas a su cuerpo y a las consecuencias que trajo con ello. Cuando estrella la nave en el océano, está resign...