28 - (Im)Possible

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Las horas que siguieron al descubrimiento fueron una absoluta vorágine de trabajo   por parte de los dos hombres, nadie había dicho que materializar   un elemento inexistente fuera tarea fácil y requirió de una bestial cantidad de equipo y remodelaciones a la casa. De haber estado solo probablemente habría tardado mucho más, pero gracias a la fuerza del súper soldado la mayor parte del trabajo pesado fue resuelto sin complicación alguna.

La recta final llegó con la caída de la noche, y Tony se encontraba luchando por nivelar una de las gigantescas tuberías que ahora llenaban su laboratorio mientras Steve se encontraba sentado esperando a que le indicaran que podía hacer. A pesar de que solía pasar bastante tiempo en el laboratorio después de que las cosas se arreglaran, nunca lo había visto en un estado tan desastroso. Todo tipo de maquinaria se encontraba desparramada a su alrededor.

Querer echar un inocente vistazo a todas esas cosas que desconocía fue casi una reacción natural.

De forma disimulada comenzó a mover algunas de las cajas, tomando los objetos que había allí dentro y analizándolos tratando inútilmente de darles algún sentido. Un par de descargas eléctricas y una quemadura pequeña notó algo que le llamó la atención. En el fondo de la caja se notaba una especie de...Prototipo. Un prototipo de su escudo.

Claramente no era de vibranium, ni estaba completo, pero por el diseño podía reconocer lo que era. No deseaba interrumpir a Tony, pero la curiosidad le terminó ganando y se acercó con el objeto redondo en las manos:

–Tony ¿Qué es esto? ¿Qué haces con él?–El millonario levantó la vista por un segundo, pero la volvió a bajar rápidamente cuando una capa rojiza comenzó a manchar sus mejillas.

–E-eso eso...–Cuando volvió a mirar a Steve, toda la vergüenza parecía haber desaparecido y el brillo de una idea ardía tras sus pupilas. –Eso es perfecto. Dámelo cariño. –El Capitán se lo entregó aún algo dudoso. –Levanta esto, por favor. Necesito colocarlo debajo. –Steve hizo lo que le indicaron, y para cuando unos segundos después la tubería estuvo perfectamente nivelada el más bajo se dirigió hacia él.

Los brazos de Tony se enredaron en el cuello del rubio y comenzó a dejar un camino de besos por su clavícula, sonrió cuando sintió al otro sostener su cintura y continuó aquellos pequeños contactos. – ¿Está intentando distraer la atención de mi pregunta Anthony Edward Stark?–El tono de voz divertido de Steve no evitó que el rostro del otro volviera a teñirse de carmesí y lo hundiera en el pecho ajeno.

– ¿Quizás...?–Finalmente, con un suspiro y una risilla, el hombre de hierro decidió responder. –Era algo en lo que estaba trabajando...Hace un tiempo, cuando recién llegabas. Creía que tu escudo se había perdido en el mar, así que quería hacer un sustituto con las mismas propiedades. –Sintió el abrazo de Steve hacerse más fuerte y Tony podría jurar que era capaz de derretirse entre sus manos. –Pero el proyecto pasó al olvido en cuanto me enteré de que en realidad estaba contigo...Entonces conseguí el verdadero.

Sintió el impacto de los labios ajenos en su cabeza, y pudo sentir como la sonrisa del rubio se ampliaba sobre su piel. Eso hizo que el también sonriera. –Volvería a caer mil veces más al hielo si supiera que al regresar una vez más te encontraría...–Confesó Steve, haciendo que Tony sintiera su corazón tamborilear tan fuerte que parecía querer escapar.

–Con un poco de suerte, no tendrás que volver a hacerlo. –El rostro de Tony seguía oculto, hasta que levantó la vista y besó suavemente la barbilla del otro. –O pondré un rastreador en tu perfecto trasero y te sacaré de donde estés para la hora de la cena.

Aquello le arrancó una carcajada a Steve que se terminó contagiando a su pareja, y cuando terminaron, mientras aún luchaban por recuperar el aliento, el rubio extendió la mano hacia el otro y enlazaron sus dedos. –Terminemos con esto.

Tony solo asintió, regresando su atención al equipo para finalmente, y tal vez por tercera vez en su vida, lograr lo que parecía absolutamente imposible.

A pesar de que la mitad del laboratorio quedó destruido en el proceso un nuevo elemento de color azul brillante iluminó el rostro de los dos atónitos hombres, y pronto estuvo engarzado como núcleo en un nuevo reactor. J.A.R.V.I.S. aún debía hacerle una gran cantidad de pruebas para asegurarse de que no era demasiado poder para un cuerpo humano, pero ambos estaban llenos de esperanza. Había funcionado, estaban seguros.

Esa noche habría un importante evento en la expo Stark, que básicamente era Justin Hammer luciendo alguna baratija por la que Tony realmente no se preocupó. Sin embargo la erronea idea de este de que eran rivales del mismo nivel habia desencadenado que prácticamente todos los medios estuvieran pidiendo la presencia del anfitrión de la expo en la presentación.

Contrario a prácticamente todos los días cuando comenzó, la gran cantidad de cosas que habían estado ocurriendo en su vida le había dejado muy poco tiempo para el público y apenas se había presentado en las noches desde entonces. Y ahora que estaba seguro de que habría una el próximo año, ya no tenía ninguna prisa.

Si era honesto, Tony no se sentía especialmente deseoso de estar frente a los reflectores, sino de quedarse en casa y celebrar apropiadamente con Steve en su cama que ahora estaban seguros. Sin embargo Pepper lo llamó personalmente para pedirle que participara y fue incapaz de negarle nada después de todos los malos ratos que la hizo pasar.

Además, si era honesto consigo mismo extrañaba muchísimo a la pelirroja y deseaba volver a estar en buenos términos con ella. Si para eso debía ponerse un esmoquin y ser la estrella del show, entonces gustoso lo haría.

Sin embargo, una nueva razón que lo cambiaba todo se desplegó ante sus ojos arruinando una excelente sesión de besos. Supuso que aquella llamada bloqueada pertenecería a alguno de sus "amigos" de S.H.I.E.L.D. , sin embargo la voz de su interlocutor fue una totalmente distinta, una que creyó que jamás volvería a escuchar.

Ivan Vanko.

Se suponía que aquel hombre había muerto en la cárcel, y por mucho que fue una noticia difícil de digerir no le quitó el sueño...Tal vez debería haberlo hecho. Se apresuró a rastrear las llamada, intentando mantenerlo a la línea todo el tiempo posible...Sus amenazas no eran ningún juego, y cuando se dio cuenta de que estaba en Manhattan las piezas comenzaron a caer una detrás de otra en su cabeza. Aquel estúpido folleto de la presentación de Justin Hammer le dio la pista final para armar del todo el puzzle.

Por supuesto que, si quieres atacar a un Stark, no hay mejor lugar para hacerlo que frente a miles de personas que lo admiran.

Así que esos dos se habían aliado en su contra... La inteligencia y los recursos sin duda eran una mezcla formidable. Con un suspiro el genio levantó la vista hacia el rubio, quien solo asintió.

–No pasa nada. De cualquier manera me siento más cómodo en mi traje del Capitán América que dentro de toda esa ropa que cuesta más que mi antigua casa. –Le dijo el rubio, buscando aliviar la tensión de los hombros del otro. –Apresurémonos.

–Espera un segundo. –Dijo el genio, yendo hacia el nuevo reactor y tomándolo.

–Tony no.

–Tony sí. –Respondió, ignorando el ceño fruncido del otro. –A veces simplemente debes arriesgarte. Ya tendremos tiempos de hacer las otras pruebas. J.A.R.V.I.S. prepara la armadura.

–No quiero que tengas que arriesgarte...–Dijo el otro, en un hilo de voz.

–Confía en mí. Se lo que hago cielo. –El rubio asintió, con un corto suspiro, y se quedó a su lado para sostenerlo mientras su cuerpo luchaba por adaptarse a la energía que de repente lo recorría y sacudía todo su interior. –Se recostó contra el cuerpo ajeno, cerrando los ojos por un momento.

–Tu estrella cada vez es más brillante. –Mencionó el rubio, una vez más acercando su mano al reactor sin llegar a tocarlo hasta que los dedos de Tony se colocaron sobre los suyos y los guiaron. Ambas mano se apoyaron en el pecho del más bajo, y el otro brazo del capitán abrazó su cintura.

–Debe ser porque cada vez tiene más razones para serlo. –Murmuró el moreno, sonriendo, y preguntándose que había hecho tan bien en su vida para merecer este regalo.

–Su traje ya está listo Señor. –La voz de la I.A. interrumpió el momento, pero antes de separarse el rubio dejó un beso en la nuca de su pareja.

–Prepárate Steve. Tenemos una cita. –Le dijo al otro, guiñándole el ojo antes de ir a tomar la armadura que esperaba por él.

By your side || StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora