24-Pity Party

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Habían sido un par de semanas bastante duras para el millonario, entre el constante acercamiento del que quizás sería su último cumpleaños, el acoso constante del gobierno porque les diera la tecnología del reactor tras que se probara que alguien más la tenía y la inútil búsqueda de una cura para el paladio que se lo seguía comiendo desde el interior. Incluso con el constante apoyo de Steve que trataba de hacer la carga lo menos pesada posible para él, Tony estaba realmente agobiado.

Era algo sabido que él nunca había funcionado bien bajo presión, y que cuando las paredes se cerraban alrededor de él siempre acababa huyendo por la tangente. En un primer momento había considerado hacer su fiesta de cumpleaños una celebración pequeña, solo sus personas más cercanas y queridas, quizás un pastel y algunas palabras bonitas. O tal vez una escapada romántica solo para dos…Un fin de semana fuera de esta vida, era todo lo que pedía. Sin embargo el rubio rebatió sus argumentos con excusas estúpidas que ocultaban lo que realmente le sucedía. El gran Capitán América, símbolo de símbolos, no estaba listo para admitir públicamente que amaba a otro hombre. Y no había lugar en el mundo donde al menos uno de los dos no fuera conocido.

Tony lo comprendía, de verdad…Pero eso no hacía que doliera ni un poco menos.

Cuando finalmente el día llegó se encontró a si mismo organizando una mega fiesta, tan ruidosa y descomunal como las que llenaban su mansión antes de que su vida cambiara. Cientos de desconocidos llenaron la sala mientras, bajo el efecto de cantidades descomunales de alcohol, el moreno se avergonzaba a sí mismo y al traje que tanto orgullo le proveía. Estaba herido, mucho, y perderse en esta vida era la única forma que conocía de olvidar temporalmente.

Por su parte el capitán se había recluido a su propia recamara, agradeciendo que el sonido exterior estuviera aislado mientras trataba con fuerzas de no pensar en la escena que se desarrollaba escaleras abajo. Se sentía bastante culpable por haber rechazado las múltiples ofertas del de ojos achocolatados para escaparse juntos a Venecia o Paris…Pero no se sentía listo para hacerlo. En el tiempo que le había tocado crecer algo así era impensable, te convertía automáticamente en un paria y un desecho de la sociedad. Aún cuando ahora era visto como algo perfectamente normal y dudaba que fueran a recibir más que algunas críticas malintencionadas…No podía solo deshacerse en un parpadeo de todo lo que alguna vez le  habían enseñado. Algún día estaba seguro de que podría tomar su mano y mostrarle orgulloso al mundo lo que sentía. Pero aún no…

La preocupación terminó ganándole tras algunas horas de negación y acabó bajando a enfrentar al millonario, pero aunque esperaba encontrárselo mal, no creyó que sería…Tanto. Apenas podía tenerse en pie por sí mismo y ya había roto varios objetos de la casa usando irresponsablemente las habilidades que el traje le otorgaba.

Su llegada coincidió con la del Teniente-Coronel James Rodhes, quien estaba muchísimo más turbado que él con toda la escena. El hombre llevaba semanas batallando sin descanso para que Tony no tuviera que enfrentarse directamente con un ejército en sus puertas para quitarle el traje, y con esto solo les estaba dando la razón a aquellos que deseaban que Iron-man desapareciera bajo la sombra de un ejército de hombres de hierro. Pepper se había marchado desde hacía un rato tras varios intentos fallidos por detener lo que sea que fuera eso que estaba pasando.

Cuando Tony mostró frente a todos la forma en la que hacía sus necesidades íntimas dentro del traje fue la gota que colmó el vaso para ambos hombres, pero Steve tomó la delantera acercándose al moreno antes de que el otro fuera a noquearlo de un puñetazo o algo peor.

–Vaya, a eso es a lo que yo llamo una fiesta. –Dijo el rubio, quitándole el micrófono de las manos al otro que se tambaleó por un momento. Hubo varios gritos de hurra en respuesta. –Le agradecemos a todos que hayan venido, y a ti Tony por hacerla. Estoy seguro de que están disfrutando mucho pero es hora de decir adiós. La fiesta se acabó.  –Ahora fueron varios abucheos los que llenaron el aire, pero no inmutaron al rubio.

By your side || StonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora