ENGAÑO - Jensoo

Capitulo Diecinueve

Jisoo pasa su tiempo mirando hacia abajo, admirando la joya de oro blanco que cuelgan de su cuello mientras sostiene el pequeño colgante de corazón de su nuevo collar mientras sonríe sola, recordando el momento en que Jennie se lo dio, se lo puso en el cuello y  le dijo que es hermoso. 

Una y otra vez. 

Ella está muy feliz.

Todavía no puede creer que su esposa le compraría esta precioso objeto, el primer regalo que recibio de su persona más amada después de casi 2 años de matrimonio. Y nunca lo espero venir. 

-Gracias, Jennie-ah. Te amo. Por siempre.- Lo dijo en su mente millones de veces.

-Yah, Jisoo, ¿Cuántas veces más quieres mirar tu collar? Tu comida ya está fría. Incluso tú no prestaste atención a nuestra charla- Su amiga la reprende y la hace volver a la realidad. 

-¿Oh?  Oh, lo siento, Rose-ah...- Jisoo finalmente miró hacia arriba mientras se disculpaba con su amiga. 

-Es porque es el primer regalo que recibió de su tonta esposa, Rosie- dijo otra amiga suya con un poco de sarcasmo.

-N-No, Lisa. Jennie me ha dado otras cosas antes, pero no joyas- Mintió y defendió a su pareja.  

Rose y Lisa son sus mejores amigas desde que estaban en la universidad. No les gusta Jennie porque sabían qué tipo de persona era cuando asistieron a la misma universidad con ella. En realidad, todos en su universidad reconocían a Jennie como un completa idiota, egoísta y una gran amante a tener sexo con todos. Sus amigas le advirtieron sobre Jennie muchas veces, pero ella nunca las escuchó porque estaba demasiado enamorada de ella.

-¿Ah, de verdad? No mientas, Kim. Si ESA te dio algo, debiste mostrárnoslo, pero nunca hiciste eso- Respondió Lisa. 

Jisoo no respondio. No le gustaba discutir con sus amigas sobre Jennie, excepto si siguen hablando mal de ella, pero casi nunca volvieron a hacerlo después de casarse con la persona que no les agrada. Sabia que solo trataban de respetar su decisión.

-¡Yah! ¡Cómo te atreves a comer mi comida, Idiota! ¡Ese es mi favorito!- Lisa se enfurruñó después de que la chica a su lado le robara la comida cuando se enfrentó a Jisoo. 

-Oh. Pensé que no te lo comerías- Rose respondió con indiferencia.

Jisoo se rió un poco al ver eso. 

Silenciosamente agradeció a Rose por cambiar la atmósfera. 

-Ah, por cierto, ¿Dónde está quien pintara? ¿Por qué todavía no ha venido aquí?- Rose habla de nuevo. 

-¿Eh? ¿Qué pintora?- Jisoo no tiene idea. 

-Deberías prestar más atención a nuestra charla- Lisa replicó. 

-Lo siento.- Volvió a disculparse. 

-Vaya, vaya... ¿No puedes dejar de ser tan cínica, Manoban?- Rose la regañó.

-Lo siento, Jisoo Unnie- dijo. 

-Está bien.- Jisoo esbozó una sonrisa. -Entonces, ¿de qué pintor estás hablando?- vuelve al tema. 

La mención del pintor no puede evitar que le recuerde a su amiga. Si es que podía llamarla así.  Pero luego piensa que hay muchos pintores en Corea, por lo que puede que no sea ella.  

-Nuestra empresa quiere realizar una exposición conjunta con esa joven y talentosa pintora. Y ahora estamos esperando que ella hable más al respecto- Lisa le explicó un poco. 

Lisa y Rose trabajan en la misma oficina mientras que ella no trabajaba y solo era ama de casa porque Jennie no se lo permite. 

-Quiero a mi esposa en casa cuando yo esté en casa y estar lista cuando quiera follarla- le dijo una vez cuando pidió permiso.