Batalla de Hogwarts pt1

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Cuando desperté la cabeza me daba vueltas y sentía un dolor terrible en el torso, probablemente tendría algunas costillas rotas, poco a poco fui intentando ponerme de pie, pero sabía que no tenía mucho tiempo antes de que la batalla real comenzara y tenía que estar con los gemelos, necesitaba saber que Fred estaba bien. Con la ayuda de la pared logré mantenerme erguida mientras mi equilibrio mejoraba, la sala que antes estaba llena de estudiantes corriendo ahora estaba vacía, seguramente todos estarían preparándose, comencé a buscar mi varita con la vista, tuve que escanear el piso varias veces antes de ubicarla, estaba mucho más lejos de donde la había soltado, seguramente alguien la había pateado sin querer. Para el momento en que logré llegar a ella, estaba jadeando un poco. Antes de poder curarme los huesos rotos con un simple hechizo, noté que alguien acababa de entrar a la habitación. 

Al levantar la vista pude ver un Draco con su característico traje negro, pero este tenía algunas partes chamuscadas, su cara, sin embargo, no era la de siempre, estaba blandiendo su varita hacia mí, como si me fuera a atacar en cualquier segundo. 

-Draco, ¿Qué hiciste?- Le dije agarrando mi varita en caso de que tuviera que defenderme.

-¿Qué hice yo? ¡Qué hizo tu amigo! ¡El perfecto Harry Potter! Crabbe y Goyle están muertos, Blaise y yo apenas pudimos salir vivos, si Harry no se hubiera empeñado en ser el héroe y buscar los artefactos...

-Dra...- Empecé tratando de calmarlo pero me interrumpió.

-No quiero oírte, siempre dijiste que tenía elección, sólo estaba tratando de salvar a los míos, a mi padre que aunque pueda ser un asco, es mi padre y a mi madre, _____, tú la conoces... no merecían esto.- Me dijo casi llorando de coraje. 

-¿Sabes cómo terminó? Las únicas personas que me aguantaban están muertas.- Continuó luego de no obtener respuesta de mi parte. 

-Draco, no eran los únicos, eres mi amigo, lo sabes, pero no puedo dejar que sigas los pasos de tus padres, sé que quieres salvarlos, pero no es el camino correcto, ¿A qué costo? Si Voldemort gana, sabes que no tendrán una buena vida, vivirán como fieles esclavos, la gente como yo será asesinada, ¿No lo entiendes?

Intenté convencerlo pero él no había dado su brazo a doblar, su varita seguía apuntándome fijamente. 

-Lo siento Draco, no pensaba meterme, pero sabes que también debo cuidar de los míos- Le dije mientras me adelantaba a lanzarle un hechizo aturdidor antes de que él lo hiciera.

-¡Desmaius!- Grité mientras movía mi varita, él trató de esquivarlo pero lo hizo un poco tarde porque cayó hacia atrás desmayado. 

Después de eso corrí a la ventana del castillo más cercana, los seguidores de Voldemort habían logrado derribar la barrera de protección del castillo, la batalla había empezado. No tenía tiempo de arreglarme los huesos, sólo empecé a mover las piernas tan rápido como pude, la adrenalina calmaba el dolor y mi único objetivo era encontrar a Fred. De nuevo tenía un mal presentimiento y rogué por estar equivocada y ser peor que la señorita Trelawney en adivinación. 

La primer persona a la que encontré fue Molly, me había quedado sin aire por la carrera, pero ella y Ginny estaban ocupadas luchando con dos mortífagos, cuando me les uní nos fue fácil ganarles, una vez que me aseguré de que ambas estaban bien tomé aire para intentar formular mi pregunta.

-¿Dón... dónde está?- Empecé a decir entre jadeos, pero no tuve necesidad de terminar porque sabía que Molly me había entendido. 

-En la torre de astronomía querida- Me contestó ella acomodando un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Sin contestarle empecé a correr de nuevo, afortunadamente la torre de astronomía estaba lo bastante cerca como para que pudiera correr sin detenerme por falta de aliento. Cuando llegué los hechizos llovían por todos lados, atravesaban toda la torre y el techo había sido desprendido de los cimientos. Para mi buena suerte, ubiqué instantáneamente a Fred, Percy y él estaban enfrentando cada uno a un mortífago diferente, seguí corriendo intentando llegar a ellos para ayudar. 

Cuando estaba a unos metros, Percy hizo que la capucha de su oponente cayera para revelar que era el ministro de magia bajo la maldición imperius. Lo que dijo Persy mientras lo atacaba fue el único chiste que lo había escuchado hacer. 

-¿Le dije que renuncio?- Terminó de decir mientras lo golpeaba de lleno con un embrujo que lo dejó fuera de batalla.

Yo estaba tan cerca que podía oírlos, pero aún lo bastante lejos para enfrentar de frente a los seguidores de Voldemort que aún embestían a los demás.

Mi mirada buscó a Fred, que seguía combatiendo al mismo mortífago de antes. Este hizo explotar la pared que estaba junto a ellos, yo grité mientras sacaba mi varita, todo parecía suceder en cámara lenta, no sabía si estaba lo suficientemente cerca como para protegerlo pero lancé el hechizo más poderoso que pude imaginar para intentar detener la explosión que heriría a Fred. 

Un final feliz. Fred Weasley y tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora